Revista Científica DISCIPLINARES (2023). Vol. 2 (3)
ISSN: 2955-8905 (En línea) DOI: 10.58552
https://iisunsa.com/index.php/Inicio/issue/archive
EDITADO POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN DE AREQUIPA, PERÚ
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES
Este artículo se distribuye bajo una licencia BY NC SA 4.0 International (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0)
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores
y consecuencias para alcanzar un aprendizaje integral.
The imposter syndrome in relation to teaching: limitations, factors and consequences to
achieve comprehensive learning.
Christian Rafael Quevedo Lezama
Centro de Altos Estudios Nacionales
https://orcid.org/0000-0002-5216-7895
Recibido: 07/07/2023
Revisado: 04/08/2023
Aceptado: 22/08/2023
Publicado: 30/09/2023
Correspondencia:
Correo electrónico: 41325016@caen.edu.pe
ARTICULO DE REVISIÓN
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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Resumen
En el proceso de enseñanza - aprendizaje intervienen diversos elementos que pueden ocasionar la
práctica óptima o deficiente, lo cual, es determinante en los resultados, debido a ello, es importante
reconocer estos factores para emplearlos de manera apropiada, sin embargo, muchas veces estos no son
identificados, generando complicaciones que afectan a los actores del proceso.
El objetivo de esta investigación es describir la problemática relacionada con el síndrome del impostor,
sus características, los factores que influyen en su incidencia y las consecuencias que produce en el
proceso de aprendizaje integral. La metodología utilizada corresponde a un artículo de revisión que
incluyó una búsqueda exhaustiva en bases de datos académicas, la selección de estudios relevantes y un
análisis de los mismos.
Se identificaron las limitaciones del síndrome del impostor en la enseñanza y sus consecuencias para el
aprendizaje integral. Los resultados muestran que el síndrome del impostor tiene una marcada incidencia
en relación al género de la persona, siendo más recurrente cuando se trata del origen étnico,
especialmente en casos de discriminación y estereotipos. Además, se observó que el síndrome se
desarrolla con mayor facilidad en escenarios de competitividad y comparación de logros, lo que puede
generar mayores niveles de estrés y ansiedad.
En conclusión, el síndrome del impostor afecta el rendimiento del estudiante, por lo que es fundamental
que el profesional docente, a través de un análisis, pueda identificar sus efectos y ayudar a sus
estudiantes a evitar sus consecuencias negativas. Por otra parte, dado que existen diferentes tipos de
síndrome del impostor, dependiendo de cómo el individuo percibe su entorno, se deben implementar
métodos específicos para abordar cada caso y obtener resultados favorables.
Palabras clave: Síndrome del impostor, enseñanza, educación, desconfianza, capacidades.
Abstract
In the teaching-learning process, various elements intervene that can cause optimal or deficient practice,
which is decisive in the results, due to this, it is important to recognize these factors to use them
appropriately, however, many times these are not are identified, that evolve that refer to the actors of
the process. The objective of this research is to describe the problems related to the impostor syndrome,
characteristics, factors that influence its incidence and the consequences that occur in the comprehensive
learning process. The methodology corresponds to a review article that included an exhaustive search
in academic databases, the selection of relevant studies and their analysis. The limitations of the
impostor syndrome in teaching and its consequences for comprehensive learning were identified. The
results show that the impostor syndrome has a marked incidence in relation to the gender of the person,
and is more recurrent when it comes to ethnic origin and in special cases of discrimination and
stereotypes. When there are scenarios of competitiveness and comparison of achievements, it is when
the syndrome develops more easily and higher levels of stress and anxiety can be observed. In
conclusion, the impostor syndrome affects student performance, so it is essential that the teaching
professional, through an analysis, can identify its effects and help their students avoid its consequences.
On the other hand, since there are different types of Impostor Syndrome according to how the individual
perceives their environment, methods must be implemented to be applied according to the needs of each
one in order to obtain favorable results.
Keywords: Imposter syndrome, teaching, education, distrust, abilities.
Quevedo, C.
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Introducción
La enseñanza hoy en día es una de las actividades que ha tenido considerable protagonismo
dentro del desarrollo de la sociedad, debido al rol esencial que desempeña, brindando la
posibilidad de adaptación del individuo al entorno con el que se relaciona, asimismo, dotándolo
de capacidades que le permitan contribuir con el crecimiento de la misma, logrando obtener un
crecimiento sostenible en el tiempo.
Es importante precisar que en el contexto educativo, específicamente en el proceso de
enseñanza – aprendizaje intervienen diferentes factores y agentes que podrían generar variación
en los resultados del ejercicio, es por ello que, para su optimización, se debe mantener una
aplicación adecuada en cuanto metodologías, direccionamiento a la calidad y fomentación de
un aprendizaje homogéneo en los estudiantes por parte de los educadores; sin embargo, para
que esto sea posible, se debe realizar un análisis minucioso que permita reconocer cuáles son
los problemas que se encuentran presentes dentro del aula, pero este es un proceso
deliberadamente complejo, dado que para lograr identificarlos se debería evaluar tanto el
rendimiento del docente como el del estudiante de manera individual.
Cabe mencionar que el proceso de enseñanza es integral, es decir, que son diversos los
elementos que el docente debe considerar para realizar su actividad oportunamente y obtener
resultados positivos. Martínez (2015) explicó que parte importante de la aplicación práctica del
docente proviene de la formación básica incluyendo todos los conocimientos y valores hasta su
formación profesional, solidificando sus fundamentos y prácticas pedagógicas, asimismo,
Almeida et al. (2023) señalan que algunos problemas autolimitantes están relacionados con la
incapacidad de cumplir con estándares de logro “autoimpuestos”, lo que puede llevar al
individuo a sufrir angustia psicológica, emocional y trastornos graves de salud mental. Por su
parte, Flores, Álvarez y Porta (2013), explicaron que el factor moral tiene un rol importante
para el buen desempeño de la educación, relacionándose directamente con actitudes y conductas
morales que implican la enseñanza más allá de estrategias y técnicas, sino centrándose en el
resultado final y en la calidad brindada, asimismo, Alvarado, Luyando y Picasso (2015)
señalaron que el proceso educativo debe enfocarse en instruir contenido de calidad que resulte
útil para el estudiante, además de emplear metodologías que viabilicen el aprendizaje facilitado,
de esta manera, que el estudiante puede desarrollar nuevas capacidades y cumplir exitosamente
con el objetivo de la enseñanza.
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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Según Soares et al. (2021), el síndrome del impostor tiene un impacto significativo en la salud
mental en diversos aspectos, ya que los afectados generalmente experimentan una reducción en
el nivel de calidad de vida y bienestar. Esto los imposibilita para atender inquietudes y dudas
personales, además de manifestar niveles más altos de ansiedad y depresión en comparación
con personas con bajos niveles de impostorismo.
Debido a ello se puede observar que en el ejercicio educacional se debe considerar la calidad,
además de aplicar las metodologías y herramientas que permitan concretar este aspecto, de esta
manera se logrará acoplar nuevas destrezas en los estudiantes, a través de las buenas prácticas
de enseñanza instruidas por los docentes.
Por otro lado, en el proceso de enseñanza, se puede observar estudiantes que pueden encontrarse
con limitaciones que afectan incluso actividades básicas como la lectura y escritura, los cuales,
requieren ser identificados rápidamente para ser atendidas (Molano y Polanco, 2018). Entre las
limitaciones más frecuentes se encuentran la dislexia, disgrafía o déficit de atención, las cuales
generan complicaciones considerables que impiden que el educando pueda mantener el ritmo
de aprendizaje al igual que el resto del grupo (Avaria y Kleinsteuber, 2014). Sin embargo,
existen otras deficiencias que no son regularmente reconocidas, como las que afectan al
comportamiento, específicamente situándose en bajas expectativas relacionadas al rendimiento
y la proyección de logro, siendo característico del síndrome del impostor (Fernández y
Bermúdez, 2015). El cual se observó por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline Clance
y Suzzanne Imes, haciendo referencia a una manifestación psicológica que promueve la
fraudulencia o sabotaje intelectual a sí mismo (Wilkinson, Silverio y Wilkinson, 2020).
Las dificultades reconocidas por el docente en el estudiante deben ser tratadas de una manera
distintiva y particular, dado que estas producen limitaciones que no permite que el educando
pueda desenvolverse adecuadamente y desarrollarse al mismo nivel que el grupo.
Este tipo de problemas de aprendizaje que se pueden reconocer dentro de los centros educativos,
afectan el desarrollo de los estudiantes dentro de su proceso cognitivo, creando un entorno
negativo que no les permita un crecimiento progresivo (Avaria y Kleinsteuber, 2014). Entre
estos se encuentra el síndrome del impostor, conceptualizándose como un fenómeno
psicológico que se fundamenta en el “fraude” intelectual, donde el individuo cuestiona en
reiteradas veces la obtención de sus logros, por otro lado, existe también el pensamiento
relacionado con la suerte, donde se considera que los logros fueron obtenidos mediante esta,
considerándola como efímera y momentánea (Wikilson, 2020) asimismo, comprende una
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proyección de logro minimizada por el propio individuo en función de su falta de confianza
(Fernández y Bermúdez, 2015).
Estas actitudes generan una barrera para el desarrollo del estudiante y la práctica profesional,
ocasionando severos problemas en su confianza, de tal manera que el individuo poco a poco
genere la pérdida de la motivación y el desarrollo académico, perdiendo posibles oportunidades
y volviéndose menos competitivo, ocasionando indirectamente una autolimitación.
Por otro lado, para Anderson (2016) estas manifestaciones han sido cuestionadas, con respecto
a si realmente su existencia era independiente o solo formaba parte del proceso de adaptación
hacia el éxito, que muchas personas experimentan a través de un temor justificado por los
cambios que conlleva pero que se extinguirán gradualmente, citado por (Wilkinson ,2020). A
pesar de que en la actualidad existe evidencia, este padecimiento aún es cuestionado respecto a
su existencia y también se minimiza considerándolo como una parte normal del camino al éxito
El cuestionamiento en cuanto a su veracidad, suele tener cierto nivel de credibilidad, porque
forma parte de las acciones que algunas personas toman ante cualquier situación desconocida
o al verse expuestas públicamente, empero, existen ocasiones donde los individuos no logran
superar este tipo de situación, presentando una barrera inquebrantable para su desarrollo y sus
capacidades, en este sentido, este síndrome debe ser tratado como cualquier otro, ya que, de lo
contrario y dependiendo del nivel de gravedad que este alcance, generará una situación de
inestabilidad o estancamiento en la vida estudiantil o profesional de la persona.
Desde otro punto de vista, para Leonhardt, Bechtoldt, y Rohrmann (2017) el síndrome se
manifiesta en personas que no aceptan realmente sus capacidades y que regularmente atribuyen
su éxito a diversos factores ajenos, a pesar de que los resultados sean parte de su esfuerzo y
habilidades, posición que toman siempre en todos los resultados que auguran éxito. Asimismo,
Parkman (2016) indica que es importante tener en cuenta que muchos profesionales pueden
identificarse en cierta medida con los sentimientos de las personas que sufren del síndrome del
impostor, sin embargo, eso no define que el individuo lo padezca, dado que la diferencia se
encuentra en que estos son perennes. Por otra parte, Almeida et al. (2023) han señalado que el
síndrome del impostor se sustenta en diversos factores, como el miedo al fracaso, el hecho de
compararse continuamente con otras personas y la búsqueda de la perfección. Además, ha
invadido sectores de la vida como el empresarial y el tecnológico, convirtiéndose en una suerte
de "epidemia" que se ha propagado y abarcado áreas de la vida humana que son vulnerables.
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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En la actualidad, existe un número de profesionales que padecen este síndrome, el cual se
manifiesta como un sentimiento de insuficiencia e insatisfacción. Este sentimiento afecta la
percepción de todos los resultados, incluso los buenos, considerándolos como insignificantes o
atribuyéndolos únicamente a la suerte. Por esta razón, cualquier esfuerzo y logro obtenido por
una persona que sufre del síndrome del impostor no son valorados (Almeida et al., 2023).
De acuerdo a ello, se puede precisar que no se trataría de un fenómeno temporal, ya que este
puede acentuar los sentimientos de miedo, falta de confianza y fracaso a lo largo de la vida del
individuo, lo que, a diferencia de eventos pasajeros, podría ocasionar considerables perjuicios.
Por otro lado, es importante mencionar que la existencia de este síndrome debe ser considerada
por los docentes tanto para identificarlo en sus estudiantes como en su vida profesional, pero
existen dificultades para poder reconocerlos, dado que puede confundirse con cuadros de estrés
o ansiedad, de esta manera, se puede inducir a un posible desinterés, en estas situaciones, sería
ideal que se observe al estudiante para comprender las causas que hicieron surgir a este tipo de
situación, ya que puede ser proveniente del propio entorno que genera inseguridad o formar
parte intrínseca de la persona.
Al reconocerse la problemática, esta se puede tratar de la forma más conveniente posible a
través de la aplicación de metodologías, con el objetivo de promover la motivación del
individuo, para ello, los docentes deben encontrarse capacitados y la institución educativa debe
contar con un plan idóneo para tratar situaciones irregulares dentro del estudiantado, además de
promover en el currículo escolar asignaturas que establezcan los cimientos necesarios para el
fortalecimiento de la confianza y motivación de los estudiantes, es importante reconocer que
para que exista una educación idónea, el docente y los estudiantes deben encontrarse en una
situación regular, es decir, sin elementos que obstruyan su proceso de enseñanza - aprendizaje,
de manera que les permita llevar con regularidad su desarrollo académico.
Como se observó, el síndrome del impostor altera el aprendizaje en el estudiante, lo cual es una
problemática presente dentro de los centros de estudio, debido a ello, es necesaria la
intervención temprana del docente de manera que se pueda atender a tiempo y así revertir los
resultados.
Según Neureiter y Traut (2016), el síndrome del impostor aniquila la motivación para tomar
decisiones. Una vez que los estudiantes han culminado sus estudios, les resulta difícil escoger
un área profesional donde continuar su crecimiento académico debido a que no se sienten aptos
para desempeñarse en ella, lo que afecta negativamente el desarrollo de su carrera. Aquellos
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que padecen este síndrome experimentan un alto miedo al fracaso y una considerable baja
autoestima, aspectos que están directamente relacionados con el desempeño del estudiante y
que le limitan para alcanzar sus metas. A medida que el temor los invade, los sentimientos de
impostor aumentan, lo que los conduce a una autopercepción de incapacidad intelectual.
En el desarrollo del presente se describirá la problemática relacionada al síndrome del impostor,
características, factores que influyen en su incidencia y las consecuencias que se produce en el
proceso de aprendizaje integral.
Desarrollo
Un breve repaso sobre el surgimiento del síndrome del impostor
Como se mencionó, el termino síndrome del impostor fue empleado por primera vez por las
psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en el año de 1978 para describir los rasgos y
comportamientos de un grupo de mujeres de alto rendimiento que luchaban por internalizar su
éxito, estas mujeres describieron sentimientos de fraude porque no atribuyeron su éxito a sus
propias habilidades a pesar de muchos logros y elogios (García et al, 2021). Es allí donde se
obtiene la percepción de que los impostores se ven a sí mismos como indignos antes los elogios
que reciben, debido a que no creen que se hayan ganado tal reconocimiento en base a sus
capacidades, lo que les causa niveles elevados de ansiedad y estrés (Wilkinson, 2020). Debido
a que este síndrome fue diagnosticado por primera vez a mujeres se creó la percepción de que
estas eran más propensas a padecerlo, sin embargo, diversos estudios posteriores revelan que
se da de igual manera tanto en hombres como en mujeres (Clark, Vardeman y Barbar, 2014).
Posteriormente el síndrome del impostor fue documento por diversos autores, entre ellos se
encuentran Hutchins y Rainbolt (2017) y Parkman (2016) quienes realizaron sus
investigaciones enfocadas en establecer la incidencia y el impacto de este fenómeno. Por otro
lado, está Wilkinson (2020), quien elaboró un estudio donde utilizó un enfoque autoetnográfico
para centrarse en las experiencias vividas del síndrome del impostor. Por ende, se evidencia a
partir de las investigaciones mencionadas que el síndrome del impostor es una problemática
relevante para diversas áreas de estudio, identificar como este afecta la vida de las personas que
lo padecen es fundamental para entender que tan perjudicial puede ser para el afectado o a que
nivel puede escalar.
Desde sus inicios, el síndrome del impostor se ha mostrado como un elemento que afecta la
seguridad y omite el reconocimiento del esfuerzo individual, al margen de que se haya
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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reconocido inicialmente en mujeres, este no escatima género, por lo contrario, se fundamenta
en el aspecto psicológico del individuo, donde existe relación con la distorsión de la
autopercepción.
Causas del Síndrome del Impostor
Para la aparición del síndrome del impostor existen algunos componentes que permiten que este
pueda proliferar, para Arleo et al (2021), Gabsby (2020) y Dudau (2014) señalaron que las
principales causas son:
Baja autoestima.
Malas experiencias del pasado.
Falta de confianza.
Pertenecer a grupos de riesgo o minorías.
Exposición a comparaciones.
Haber recibido críticas por largo tiempo de su vida.
Perfeccionismo.
Son múltiples las causas que pueden ocasionar el síndrome, sin embargo, las mencionadas son
las más recurrentes.
Principales síntomas
Para Chandra et al. (2019) las características del síndrome del impostor son una fuerte
asociación con la angustia psicológica general, la ansiedad y la depresión, Burnout
(agotamiento emocional, despersonalización y reducción de los logros personales)
Agotamiento físico y exceso de trabajo, evitación de tareas con gran protagonismo y visibilidad,
una mentalidad fija y finalmente el rechazo de comentarios positivos, concretándose una
personalidad temerosa y sin expectativas de mejora, sino por lo contrario, ser poco visible ante
los demás, durante el proceso de enseñanza, el síndrome del impostor puede ser uno de las
problemáticas que se conforme como una de las principales barreras para el aprendizaje, por lo
cual, es importante reconocer cuales son los síntomas que este muestra y de esta manera poder
identificarlo de manera temprana y así poder realizar los procedimientos necesarios. Gabsby
(2020), y Bravata et al (2019) que los principales síntomas son:
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Incapacidad de valoración de habilidades y competencias propias.
Atribuir el éxito a factores elementos externos.
Autocrítica constante al trabajo propio.
Miedo a no encontrarse dentro de las expectativas.
Autosabotearse.
Plantearse objetivos elevados de manera exagerada.
Depresión.
Ansiedad.
Tristeza.
Temor a que sea observado como fraude.
Insatisfacción constate.
Los mencionados son los síntomas preponderantes de este trastorno, a los cuales el docente en
su ejercicio educacional debe prestar atención de manera que pueda identificarlos, tratarlos y
así lograr mejorar las condiciones para el aprendizaje del estudiante.
¿Cómo afecta el síndrome del impostor a los principales protagonistas en el proceso de
enseñanza?
Para Arleo et al., (2021) el síndrome del impostor produce un sentimiento de insuficiencia y
desconfianza que puede provocar agotamiento, depresión y ansiedad, por otra parte, en un
enfoque académico, la incapacidad de percibir el éxito propio y la sensación de falsedad o
simplemente el pensar que nunca se está a la altura es una realidad que viven tanto docentes
como estudiantes, lo cual termina afectando en gran medida el proceso de enseñanza (Parkman,
2016). Debido a ello el desempeño es uno de los aspectos que puede verse considerablemente
afectado por el síndrome del impostor, asimismo, Živković (2021), explicó que el fenómeno se
presenta en casos de profesionales que al ver afectado su desempeño optan por una segunda
carrera, donde el individuo puede experimentar sensaciones como el no cumplir con las
expectativas en ninguna de sus profesiones, de tal manera que se incrementa un posible temor
al fracaso, sin embargo, esto no indica que pueda ser específicamente el síndrome del impostor,
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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sino, podría hacer referencia a la intervención de otros elementos como la autoincapacidad,
autoestima y procrastinación.
Muchos profesionales experimentan el síndrome del impostor, entre los que se puede encontrar
a los docentes, es importante mencionar que la presencia de este síndrome en los maestros puede
ser sumamente perjudicial, dado que no solo limita la capacidad del profesional, sino que
influye negativamente sobre el aprendizaje de sus estudiantes.
En adición, es necesario precisar que otro de los factores está relacionado a que en la mayoría
de instituciones académicas los estudiantes se desenvuelven en un ambiente competitivo en el
cual pueden ser parte de constantes comparaciones, ocasionando inseguridades, las que al ser
constantes podrían dar inicio al surgimiento del síndrome del impostor, por otro lado, un
escenario similar ocurre con los docentes, por lo general, en los docentes con poco tiempo de
egresados, las inseguridades respecto a los nuevos retos podrían ser normales, pero si logran
prolongarse y hacerse frecuentes a medida que se asumen nuevos roles lograrían dar señales
del síndrome, esto se da con mayor frecuencia en los primeros trabajos debido a la poca o nula
experiencia.
Asimismo, debido a las características peculiares y miedos que surgen del síndrome del
impostor, se cree que los estudiantes con altos niveles de desconfianza pueden manifestar
cambios en su conducta académica, como evitar juicios críticos y realizar auto sabotajes con el
fin de generar una auto-incapacidad y así justificar sus fracasos (Meurer y Costa, 2020).
Adicionalmente, Chandra et al. (2019) mencionaron que las características del síndrome del
impostor presentan una fuerte asociación con la angustia psicológica general, la ansiedad, la
depresión, Burnout, agotamiento físico y exceso de trabajo, evitación de tareas con gran
protagonismo, una mentalidad fija y finalmente el rechazo de comentarios positivos,
concretándose una personalidad temerosa y sin expectativas de mejora, logrando ser poco
visible ante los demás. Consecuentemente Arleo et al (2021), mencionaron que los estudiantes
que presenten el síndrome pueden incluso llegar a perder la continuidad de los estudios dada la
presión percibida.
En este sentido, un educando que padece de este síndrome, a pesar de que posiblemente ha
alcanzado logros, puede presentar sentimientos tan agudos que no le permitirá avanzar
perjudicando considerablemente su desempeño y posiblemente impidiendo culminar sus
estudios.
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El Síndrome del impostor puede generar complicaciones en ambos participantes del proceso de
enseñanza – aprendizaje, en el caso del docente, puede ocasionar limitaciones en su línea de
crecimiento profesional, disminuir su desempeño y como resultado de ello, se puede ver
afectado el estudiante, asimismo, si el estudiante padece del síndrome, este puede encontrarse
desmotivado o con un rendimiento bajo, en ambos casos se debe identificar la problemática de
manera que se pueda implementar rápidamente asistencia que permita mejorar su estado.
En función de lo mencionado, se puede decir que este síndrome puede convertirse en un
problema sumamente complejo llegando a afectar diferentes aspectos de la vida de un
individuo, lo cual exige la contextualización que permita comprender el fenómeno y generar un
tratamiento para el mismo, además es indispensable en el campo pedagógico que los elementos
participantes del proceso se encuentren en condiciones óptimas para obtener resultados
eficientes.
Síndrome del impostor en la educación Superior
Parkman (2016), señaló que si bien muchos perciben el campus universitario como un oasis de
tranquilidad donde las comunidades intelectuales se esfuerzan por buscar y compartir
conocimientos en un entorno de apoyo, la realidad en la mayoría de los casos es marcadamente
diferente debido a que factores como el aislamiento académico, la competitividad agresiva, el
nacionalismo disciplinario, la falta de tutoría y la valoración del producto sobre el proceso
tienen sus raíces en la cultura universitaria. Asimismo, Hutchins (2015) indicó que el entorno
laboral actual en la educación superior y los rasgos de personalidad de quienes se sienten
atraídos por él, se alinean estrechamente con factores que contribuyen al desarrollo de
tendencias impostoras, el trastorno del impostor se ve con mayor frecuencia en quienes tienen
títulos avanzados, aquellos que tienen los rasgos de conciencia, orientación al logro,
expectativas perfeccionistas y personas que trabajan en ocupaciones altamente competitivas y
estresantes. Por otro lado, Fraenza (2016) señaló que la exposición a constantes exigencias
produce altos niveles de ansiedad que suele limitar el desempeño.
En la educación superior es frecuente el síndrome del impostor, dado que los estudiantes se
preparan para afrontar la vida laboral y los retos que esta trae consigo. Esto evidencia que,
dentro de las universidades, tanto los estudiantes como los profesores son particularmente
susceptibles a los sentimientos de autolimitación, debido a la serie de factores que generan
presión sobre los mismos influyendo en sus capacidades y desempeño. Asimismo, es común
que las eventualidades que rodeen al individuo pueden perjudicar considerablemente su
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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desarrollo académico o profesional, como las comparaciones que provengan del docente, jefe,
el mismo grupo o incluso desde el propio individuo, esto puede generar diversos cuadros de
desconfianza y ansiedad, generando miedos que pueden hacer retroceder su aprendizaje y evitar
ser visto por los demás.
En efecto, la etapa de la educación universitaria genera un cambio importante para los
estudiantes, es allí donde afrontan un entorno más real, dado que es precisamente el proceso
que les dará como resultado la obtención de una carrera profesional, la cual dará inicio a su vida
laboral, sin embargo, por los diversos retos y responsabilidad que esta comprende, estos suelen
tener cierto grado de temor, estrés o sensación de incapacidad respecto a lo que les depara el
futuro, empero, esto es natural, el temor a los nuevo es habitual en los seres humanos, debido a
ello, es importante estar al tanto de la duración de estas sensaciones, dado que si se mantienen
constantes durante largo plazo, puede ser señal de una anomalía.
Síndrome del impostor en la educación básica
Existen estudios que demuestran que la manera en que los seres humanos son criados será un
factor determinante para promover el síndrome del impostor. Por tal motivo, es fundamental
establecer hábitos de crianza saludables, ya que estos están directamente relacionados con el
desarrollo de sentimientos impostores (Do Nascimento, 2022). La forma en que los padres
socializan con sus hijos, la relación con su entorno social y la orientación que se les brinda para
enfrentar pequeños desafíos de la vida cotidiana marcará la etapa de la niñez y determinará su
capacidad para enfrentar este fenómeno. En esta etapa, es más fácil abordar cualquier anomalía,
pero si se permite que perdure con el tiempo, crecerá la sensación de incapacidad y se correrá
el riesgo de que se extienda, acentuándose y perjudicando la salud mental del individuo (Do
Nascimento, 2022).
En el caso de la etapa adolescente, Almeida et al. (2020) mencionan que es la fase más difícil
que experimentan los seres humanos debido a los intensos cambios que se presentan en su
desarrollo mental y físico. Es muy probable que surjan sentimientos limitantes, temores, baja
autoestima, desconfianza y poca valoración de sus capacidades. Así es como se presentan las
primeras manifestaciones del síndrome del impostor.
En adición, Faulkner (2015) mencionó que la autoestima, la confusión de autoconcepto, la baja
autoeficacia, el externalismo, la dificultad con el cumplimiento de altos estándares
autoimpuestos y la ansiedad social, son elementos que tiene un rol importante con respecto al
síndrome del impostor, dado que afectan el desenvolvimiento y distorsionan la autopercepción.
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Durante el periodo de educación básica, las dificultades que el estudiante afronta, propias de su
edad, son las que pueden promover la generación del síndrome del impostor, sin embargo,
existen elementos que pueden contribuir de manera bivalente al estudiante, entre estos se
encuentran el rol de los padres y docentes, dado que pueden contribuir identificando las
problemáticas mencionadas y buscar los medios para afianzar su confianza.
Por otro lado, a largo del desarrollo personal existen diversos elementos que pueden alterar la
confianza y ocasionar distorsiones de autopercepción, por lo cual, es parte importante de la
actividad docente, poder reconocer ciertos rasgos como la baja autoestima que en muchas
ocasiones son omitidos debido a centrarse en el aspecto cognitivo, sin embargo, desde un
enfoque psicopedagógico pueden representar los cimientos de una problemática académica que
incluso puede escalar a diversos aspectos de la vida del individuo. La desconfianza sobre las
capacidades, no necesariamente provienen del entorno del individuo, sino que pueden formar
parte de su percepción o personalidad, en estos casos es mayor la probabilidad de que este pueda
perjudicar su desarrollo, pero no precisamente el síndrome del impostor es la única barrera
existente, sino que existen otros aspectos de tipo psicológicos que pueden ocasionar
dificultades, debido a ello, el docente debe estar capacitado para lograr diferenciarlas.
Es así que se puede observar que en las diferentes etapas del proceso educativo puede
manifestarse el síndrome del impostor, con diferentes causas, en la educación superior debido
a inseguridades propias de la cercanía a la vida laboral y la aplicación práctica de las habilidades
aprendidas en todo el proceso educativo, por otro lado, en la educación básica se encuentra
relacionada a la cercanía con los cambios propios de la edad, adaptación social y la reacción
que produce sobre el individuo, es preciso mencionar, que el síndrome del impostor, no se rige
precisamente a la etapa de aprendizaje, sino a la formación, el autoconcepto y cuan sólida sea
la confianza del individuo para poder reconocer sus logros.
Síndrome del impostor en la docencia
Por otro lado, los docentes, como todo profesional, no son esquivos a este tipo de trastornos, lo
cual puede influir considerablemente sobre su desempeño y afectar sus labores.
El síndrome del impostor está presente dentro de la docencia, dado el hecho que el modelo de
instituciones académicas no ha cambiado mucho con respecto a la estructura en los últimos diez
años y el continuo avance de su corporativización permanece siempre presente, con tendencias
constantes hacia la comparación de profesionales, incidiendo sobre el trastorno del impostor
(Hutchins, 2015). Además, Faulkner (2015) explica que se han documentado tendencias de
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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impostores en individuos en una variedad de roles académicos y se han podido compartir sus
experiencias colectivas, como trabajadores que ingresaron a la institución educativa como
adjuntos, miembros del personal y en roles de docentes a tiempo completo, en ello, uno de los
autores afirmó: frecuentemente se siente como un impostor; describiéndose como un niño que
juega a disfrazarse, esto es especialmente notable cuando realiza la práctica de enseñanza,
presenta o asiste a reuniones oficiales, de manera que se mantiene el sentir de generar un
personaje que se encuentre a la altura de los demás.
Es normal que los docentes al asumir nuevos retos dentro de los centros educativos, sientan
algo de presión, inseguridad o la sensación de poner a prueba sus habilidades, sin embargo, esto
no debe ser recurrente, dado que, si no se encuentran en estado óptimo puede limitar su
desempeño y afectar al estudiante.
¿El factor étnico influye?
Como fue mencionado anteriormente, son diversos los factores que intervienen para la
adquisición del síndrome del impostor en una persona, tales como la competencia constante,
las comparaciones o la fuerte inclinación a la perfección, por otro lado, cabe recalcar, que se ha
observado que el síndrome del impostor tuvo prevalencia en las poblaciones reducidas,
minorías o sectores más vulnerables, debido a que estos solían ser marginados y atribuidos a
capacidades limitadas.
Arleo et al., (2021) explicaron que la falta de diversidad es uno de los elementos que acentúan
este tipo de problemáticas, dado que los factores como cultura, étnica, género, la ética y moral
propia de la persona pueda ser un elemento de exclusión o degradación, ocasionando
cuestionamientos en sus capacidades o incluso lograr que no pueda verse como posible líder
del grupo, en adición, para Cokley (2017) existe mayor presencia del síndrome del impostor en
personas pertenecientes a minorías étnicas, debido a situaciones de discriminación y
estereotipos que afectan y pueden ocasionar depresión o ansiedad en estudiantes y
profesionales, asimismo, para Chandra et al (2019) los sectores más vulnerables como las
poblaciones étnicas afroamericanas o los individuos provenientes de sectores socioeconómicos
bajos, dado que presentaban en su mayoría este tipo de sentimientos de autosabotaje,
desconfianza y temor con respecto a sus capacidades. Además, para Bernard et al, (2017), en el
caso de las personas afroamericanas, las que presentan mayor presencia del síndrome del
impostor son las mujeres, llegando a sentir resentimiento, además estos pueden llegar incluso a
afectar considerablemente su salud mental.
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Entonces, es posible reconocer que un equipo diverso pueda limitar considerablemente el
desarrollo del síndrome del impostor, brindando un prospecto que impulsaría la confianza entre
los integrantes de un grupo, de tal manera que sea mucho más accesible para generar ambiciones
de superación de manera integral.
Son muchos los factores que pueden ocasionar el síndrome del impostor, pero es claro que las
personas pertenecientes a grupos marginados, discriminados o estereotipados presentan mayor
tendencia a ser sus propios impostores, dado que debido a las cualidades que se les atribuyen,
sienten que no pueden desempeñarse de la misma manera o que no se encuentran calificados
para asumir responsabilidades que otros grupos de personas no afectos a este tipo de
problemáticas asumen.
Es importante que durante el proceso de enseñanza se observe si el estudiante presenta algún
tipo de problema relacionado con su entorno a causa de algunas de sus características físicas o
sociales, cabe mencionar, que parte del rol del docente es concientizar y promover la igualdad
de oportunidades, de esta manera es posible contribuir con la seguridad, la motivación y
determinación de las minorías que puedan verse afectadas o aludidas dentro del centro
educacional.
Tipos de síndrome del impostor
El síndrome del impostor se puede posicionar de manera distintiva sobre los individuos, los
cuales tendrán perspectivas diferenciadas según el enfoque que sostengan, debido a ello, se
puede reconocer la existencia de diferentes tipos de impostorismo.
En este contexto, de acuerdo con Carvalho (2022), la literatura destaca que existen dos tipos de
impostores: los verdaderos impostores y los falsos impostores. Los primeros son aquellos
individuos que atribuyen sus logros a causas externas, presentando una falsa percepción de
incapacidad e incompetencia; como consecuencia, se aíslan de los demás. En cambio, el
segundo grupo está formado por personas que no experimentan los sentimientos ligados al
síndrome, pero se identifican como impostores ante el entorno exterior, comportándose con
modestia e impidiendo que otras personas creen expectativas positivas sobre sus logros.
Por otra parte, Tiwari (2022) menciona distintos tipos de impostores, como la "Super persona"
(Superhombre/supermujer). En este tipo de síndrome, la persona cree que es necesario ser el
más trabajador, el mejor estudiante o debe alcanzar los más altos niveles de logro para sentirse
satisfecha, de modo que, si no lo logra así, se considera un fraude. Este tipo de síndrome se
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
alcanzar un aprendizaje integral.
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relaciona con la seguridad y la validación. La persona que lo padece se siente insegura de sus
capacidades y necesita constantemente la aprobación de otros. Realiza esfuerzos excepcionales
y se sobrecarga, lo que deriva en situaciones de estrés y agotamiento severo.
Además, según Leonhardt, M., Bechtoldt, M. y Rohrmann, S. (2017), existen los impostores
verdaderos y los impostores estratégicos. Los impostores verdaderos tienen como principal
característica la construcción negativa de la percepción de sus capacidades, lo que genera una
visión pesimista y desconfianza acentuada en la obtención de logros o posibles éxitos. Por otro
lado, los impostores estratégicos se caracterizan por distanciarse del cansancio por estrés, la
auto incapacidad, la autoestima y la resiliencia, mostrando una cercanía considerable con la
satisfacción laboral.
Esta descripción presenta posiciones en la cual podría cuestionarse al posible impostor
estratégico, dada la presencia de los factores que intervienen dentro de este, lo cual, a diferencia
de la posición del impostor verdadero, se encuentra relacionado a un enfoque organizacional.
Por otro lado, se encuentra el tipo perfeccionista. En este tipo de síndrome, la persona no se
siente satisfecha con su desempeño y piensa que no ha sido suficientemente capaz para lograr
una meta; siente que no ha dado lo mejor debido a sus imperfecciones, lo cual interfiere en el
logro de sus objetivos. El síndrome del impostor en el perfeccionista depende de sus
características personales, las cuales lo llevan a pensar que no es tan bueno como los demás.
Los perfeccionistas siempre buscan obtener la excelencia en lo que hacen. En este grupo, el
individuo se pone metas bastante altas y es muy exigente con su desempeño. Sin embargo, el
problema surge cuando el individuo no alcanza las metas planteadas, lo que lleva a
cuestionamientos sobre sus logros. Otro de los tipos es el genio natural, este se caracteriza por
considerarse capaz, independientemente del esfuerzo que pueda dedicarle a una actividad, sin
embargo, el problema yace especialmente cuando no logran cumplir los objetivos fijados,
empieza a mostrar altos niveles de frustración (Tiwari, 2022). El tipo experto, es donde el
individuo quiere encontrar y adquirir la mayor cantidad de conocimiento posible, dado que eso
le brinda la confianza ante las inseguridades que pueda presentar en referencia a los que los
rodean, este se encuentra constantemente midiendo sus capacidades y al no poder resolver una
situación, crea muchas dudas de sí mismo, perdiendo la capacidad realizar actividades que ya
domina (Bravata et al., 2019).
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Tiwari (2022) también menciona el "genio natural", que es un tipo de síndrome donde la
persona duda de su inteligencia y de sus competencias. Se siente como un fraude porque no se
considera naturalmente inteligente o dotado de capacidades, y atribuye sus logros a la suerte.
Por último, está el tipo "solista", que se siente un impostor cuando necesita ayuda para
desempeñar alguna tarea. Piensa que el hecho de tener que pedir ayuda para alcanzar una meta
significa que no es competente, y por tanto, duda de sus habilidades y competencia.
Son diversas las tipologías derivadas del síndrome del impostor, y todas las mencionadas se
pueden observar en la práctica pedagógica, durante el periodo de enseñanza el docente puede
identificar de qué manera se desenvuelven cada uno de los estudiantes y como estos reacciona
ante los resultados exitosos y los desfavorables, cuando el estudiante obtiene resultados
favorables, este tienda a querer mantenerlos permanentemente, por otro lado, si estos no se dan,
pueden ocurrir dos escenarios, la motivación por mejorar o desmotivación y problemas con su
autoconfianza, este último caso es que genera problemática, dado que el estudiante puede
perjudicar severamente su desempeño académico, incluso al punto de mostrar desinterés total
y de dejar la escuela.
Ciclo del síndrome del impostor
Una de las características del síndrome del impostor es el miedo particular que puede
manifestarse de distintas maneras. Estas personas tienen mayores probabilidades de presentar
depresión, ansiedad generalizada y baja autoestima. Existen seis dimensiones en el síndrome
del impostor, algunas personas pueden presentar solo una, mientras que otras pueden mostrar
todas. Estas dimensiones son: 1) Ciclo del impostor, 2) la necesidad de ser especial o de ser
mejor, 3) aspectos de superhombre/supermujer, 4) Miedo al fracaso, 5) Negación de
competencia y 6) Miedo y culpa por el éxito (Lau, 2020).
De acuerdo con Lau (2020), aunque muchas personas pueden identificarse con tener miedo al
fracaso, existe una dimensión conocida como el ciclo del impostor. Estas etapas pueden ser
oscuras para la mayoría. El ciclo del impostor es en realidad uno de los aspectos más
importantes y perjudiciales de este síndrome. El ciclo comienza cuando a alguien se le asigna
una tarea relacionada con los logros, por ejemplo, un ensayo o un informe, y debido a la
ansiedad que acompaña al síndrome del impostor, la persona responde a la tarea con una
preparación excesiva o una procrastinación inicial, seguido de una preparación intensa.
Generalmente, la persona siente la necesidad de lograr más de lo requerido para evitar la
posibilidad de ser vista como un fraude, y muchas veces pospone la asignación por el temor a
El síndrome del impostor en relación con la enseñanza: limitantes, factores y consecuencias para
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no responder adecuadamente a la tarea. Sin embargo, luego buscará hacer todo lo posible para
evitar ser vista como un fraude.
También aparece una falsa relajación, a la que le sigue un esfuerzo frenético; al final,
experimenta una sensación de alivio que no perdura. El síndrome es identificable fácilmente
cuando, luego de haber culminado con éxito y recibir comentarios positivos, las personas niegan
haber alcanzado el éxito por su propia capacidad, sino que lo atribuyen al trabajo duro. La duda
acerca de sí mismos crece con cada negación del éxito, y el ciclo se repite con cada nueva tarea.
Aunque resulta útil conocer todos estos signos del síndrome del impostor, aún puede ser difícil
verlo en la propia vida cotidiana (Lau, 2020).
Por otro lado, es común que muchas personas presenten la sensación de temor, este se justifica
debido a la personalidad del individuo y la visión que presentan hacia nuevos retos, sin
embargo, es regular que estos también se extingan con el tiempo y no se deban presentar más
dada la experiencia del individuo, lo que en el caso del síndrome del impostor no sucede, debido
a la autovaloración y percepción del individuo en cuanto a sus capacidades (Anderson, 2016),
citado por (Wilkinson, 2020).
Como se pudo observar, al presentarse nuevas actividades o retos, relacionados a experiencias
pasadas donde se obtuvieron resultados satisfactorios, inconscientemente se genera la duda y
desconfianza de la posibilidad de un rendimiento óptimo, generando un alto nivel de ansiedad,
de tal manera que se repite el ciclo, debido a la concurrencia del suceso y la autopercepción del
individuo.
Predominio
El síndrome del impostor se encuentra sujeto a muchos ámbitos, entre estos se observa el
entorno profesional, especialmente cuando se deben asumir nuevos roles que se efectúan como
retos, frecuentemente sucede en las primeras experiencias y puede ocasionar altos niveles de
preocupación, estrés y ansiedad.
Parkman (2016), mencionó que, hasta cierto punto, todos somos impostores y desempeñamos
roles diferenciados en la vida, presentando un yo público que puede diferir del yo privado que
compartimos con los íntimos y transformándonos en ambos según las circunstancias lo exigen,
mostrar una fachada es parte integral de la condición humana especialmente en ámbitos que lo
exigen, como el profesional; sin embargo, la diferencia yace en que, para el impostor, estos
sentimientos nunca se disipan, por otro lado, Bernard et al (2017), uno de los factores donde
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predomina el síndrome, es especialmente en grupos poco diversos y con personas de minorías
afectadas, asimismo, para Faulkner (2015), este predomina sobre individuos que presentan
problemas de autoestima, la falta de confianza y seguridad, genera una problemática constante,
que ocasiona que el individuo no aspire a más, por temor a medir sus capacidades con el resto
del grupo.
Se pudo observar que muchos estudiantes limitan su potencial, en consecuencia, de no sentirse
sumamente preparados para asumir retos, debido a ello, en algunos casos su rendimiento no es
el esperado, por lo que es recomendable que el docente vea más allá de los resultados y analice
al educando como ser multidimensional.
Por otro lado, este síndrome se observó por primera vez en mujeres, debido a ello, inicialmente
se tuvo la percepción que el trastorno era más frecuente en el género femenino, sin embargo,
posteriormente se observó con frecuencia en varones, demostrando que este puede afectar
indiferentemente del sexo.
Consecuencias atribuidas al síndrome del impostor
Como todo síndrome, suele presentar consecuencias para el portador, las cuales pueden limitar
la vida del individuo, empero, es importante mantener un control de manera que no pueda
ocasionar limitaciones severas para este, o en el mejor de los casos, eliminarlas en su totalidad.
En cuanto a las consecuencias, Neureiter y Traut (2016) señalan que las áreas más afectadas
por los sentimientos de impostor son los aspectos de desarrollo o planificación de carrera,
seguido por la motivación para liderar. De acuerdo con esta hipótesis, a mayor manifestación
del síndrome del impostor, existe menos planificación de carrera y motivación para liderar. Esto
es realmente preocupante, ya que la planificación podría ser el inconveniente más importante
al que se enfrenten los estudiantes en el proceso de su desarrollo profesional.
Es importante mencionar que los estudiantes que padecen este trastorno tienen dificultades para
delegar funciones, además, debido a su falta de seguridad suelen requerir más tiempo para
realizar revisiones que pueden ser innecesarias, además, debido a la desconfianza a sí mismos,
no se permiten liderar grupos o equipos de trabajo, lo cual, limita sus capacidades
considerablemente. Parkman (2016) explicó que, entre otras de las consecuencias atribuidas al
síndrome del impostor, se encuentran, el establecimiento de metas muy altas o imposibles de
alcanzar, lo cual ocasiona problemas en la moral del estudiante al no poder alcanzarlas a pesar
de que se encuentre en constante autoexigencia, por otra parte, se pueden desarrollar cuadros
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de ansiedad propios del ser perfeccionista, donde el nivel de exigencia puede afectar incluso
hasta su salud.
Como se puede observar, el individuo, se encuentra ante un cuadro de autoexigencia o
autolimitación constante, el cual, puede ocasionar el rechazo incluso a sus actividades, de
manera que a largo plazo se verá perjudicado. Aunque el individuo tenga un buen desempeño
e incluso si es que este recibe buenos comentarios por parte su entorno, este no se sentirá
merecedor del mismo, esto se da debido a la internalización del éxito y la magnificación del
fracaso, lo cual representa la principal barrera para su crecimiento indiferentemente del ámbito
donde se desenvuelva.
Conclusiones
El síndrome del impostor presenta mayor incidencia respecto al género de la persona, sin
embargo, su presencia es más recurrente con respecto al origen étnico de los individuos
relacionados especialmente a situaciones de discriminación y estereotipos.
Los entornos que presentan altos niveles de competitividad y comparación de logros ocasionan
escenarios donde el síndrome del impostor puede desarrollarse con mayor facilidad, asimismo,
se observan altos niveles de estrés y ansiedad.
Se debe asumir como parte de la actividad docente, el análisis del estudiante de manera
individual, de esta manera se podrán reconocer todos los elementos que ocasionan problemas
en su aprendizaje, asimismo, se identificará con mayor facilidad si este presenta indicios del
síndrome del impostor, dado que su identificación muestra cierto grado de dificultad.
La realización personal, en el ámbito educativo y profesional se ve afectada por la presencia del
síndrome del impostor, dado que el individuo no presenta expectativas de crecimiento y se
limita debido a la desconfianza y temor de sus capacidades, logrando incluso mantenerse en su
zona de confort sin posibilidades de crecimiento a consecuencia de sus actitudes.
Existen diferentes tipos de síndrome del impostor, cada uno relacionado a como percibe el
individuo su entorno, por lo cual, se requiere una aplicación metódica diferenciada para cada
uno de estos, dadas sus características distintivas, de manera que se pueda obtener resultados
favorables en el desempeño del individuo de manera específica.
El docente debe encontrarse en la capacidad de poder reconocer los principales síntomas que
ocasionan el síndrome del impostor, de esta manera reconocer las causas principales, logrando
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que a través de un enfoque psicopedagogo se logre tratar la problemática de manera que no
afecte al rendimiento del estudiante.
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