cuencias de inequidad, injusticia, pobreza y violación de incluyente de la palabra debería poder saber también
los derechos humanos (= dignidad y calidad de la vida). de ecología. En verdad, en la naturaleza no existen je-
Mientras que la jerarquía es un concepto que per- rarquías, y ciertamente no verticalidad y centros (y, re-
mea a la totalidad de la civilización occidental –abierta lativamente, periferias). Por el contrario, la naturaleza
o tácitamente-, la antropología y la historia –esas dos se organiza en términos de flujos, correlaciones, bucles
ciencias políticamente incorrectas-, han venido a poner de retroalimentación positiva y negativa, transiciones
de manifiesto, recientemente, el papel de la heterarquía de fase, ciclos y dinámicas no-lineales, coevolución,
en la forma de organización y de gobierno de pueblos, coaprendizaje, mutualismo, comensalismo y coopera-
culturas y civilizaciones, digamos, no occidentales y de ción. Y por ello mismo la naturaleza funciona muy bien;
manera profusa (Kurnik and Baron, 2016; Langebek, de lejos, inmensamente mejor que la cultura humana;
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019; Hüsken, 2019; Izquierdo y de la Cueva, 2018; por lo menos, sin duda alguna, la de Occidente, que
Ugalde y Landázuri Narváez, 2016). El mensaje que in- incluye al sistema de libre mercado y al neoliberalismo
mediatamente salta ante la mirada atenta es el de la como sus mejores y más acabadas expresiones. La na-
importancia de la antropología, la historia e incluso la turaleza sabe organizarse de forma bastante más ar-
microhistoria. Digámoslo en términos fuertes: mucho mónica que como lo han hecho los seres humanos, por
antes y por encima de los estudios ingenieriles, admi- lo menos en los últimos cinco mil años. La heterarquía
nistrativos, financieros, de política pública y de estrate- es organización de la cosa humana en términos de sis-
gia, en cualquier acepción de la palabra.
temas naturales.
En verdad, en los sistemas heterárquicos existe,
Las comunidades, sociedades, pueblos y culturas
que se han organizado en términos de heterarquía re-
conocen que la jerarquía es una función, transitoria, por
consiguiente, no un estado, y que por su impermanen-
cia está definida a partir de las circunstancias, los even-
tos, las contingencias o las necesidades, según el caso.
De manera significativa, los sistemas heterárquicos han
sido observados también en numerosas especies de
animales (Sheldrake, 2012). De base, las heterarquías
han sido reconocidas ya desde la teoría ecológica, por
lo menos en los últimos veinte años (Cumming, 2016).
Pues bien, quiero argumentar que la heterarquía
sí contradice a la jerarquía (en contraste con la tesis
doctoral de Bernal, cfr. file:///C:/Users/cemca/Down-
loads/Bernal%20Velez.pdf), de la misma manera como
las redes complejas contradicen también a la jerarquía.
Una gestión modo complejo es gestión a la manera de
la naturaleza, en marcado contraste con la imagen dis-
tintivamente antropocéntrica en la que el mundo y la
sociedad se organizaron en el pasado, hasta el día de
hoy, en Occidente. Dicho sin más, una gestión compleja
es autogestionaria, en el modo mismo como la natura-
leza es un sistema autoorganizado.
naturalmente, rendición de cuentas (logos didomai;
accountability), pero hacia abajo y hacia los lados. No
existen instancias superiores en las heterarquías, sólo
horizontalidad y responsabilidad hacia las instancias así
llamadas inferiores. Al fin y al cabo, lo que hay a los
lados y hacia abajo es gente, seres humanos, procesos
vivos, y es hacia ellos que se distribuyen las respon-
sabilidades y la rendicón de cuentas del buen manejo
de los asuntos que tienen que ver con el convivio, en
sentido amplio, profundo y fuerte.
De lejos, el tema más amplio en las heterarquías,
tanto como en las redes sociales es la confianza. En
contraste, los sistemas jerárquicos están definidos por
el control y la manipulación. En efecto, temas como li-
derazgo (de distinto tipo), planeación, estrategia, Mi-
sión, Visión, himno, objetivos, planes y programas,
bandera y otros más se definen frontalmente de cara al
control: son mecanismos de control. Pues bien, no hay
nada más alejado de la complejidad y de la vida.
Las redes complejas –una de las ciencias de la com-
plejidad- y las heterarquías son sistemas autogestiona-
rios; en el horizonte, y esto es algo que cuesta a mu-
chos, entender, son igualmente sistemas anárquicos;
esto es, sistemas libres, sin controles, no verticales, no
directivos, punitivos y policiales. En el lenguaje de la
complejidad un sistema autogestionario es un sistema
autoorganizativo. La organización se define en función
de las necesidades, las circunstancias, los avatares. No
existen funciones fijas, y tampoco puestos determina-
dos de actividad. Un sistema complejo es esencialmen-
te adaptativo porque tiene la capacidad de aprender
El estudio de las heterarquías es el resultado de tra-
bajos en antropología, etnología, etnografía, epigrafía
y paleografía, principalmente, específicamente a partir
de comienzos del siglo XXI, si bien existen algunos tra-
bajos, incipientes, de finales del siglo XX. Si la admi-
nistración, en el sentido amplio de la palabra es la hija
(putativa) de la ingeniería clásica, de la física clásica
y de la mecánica estadística –eso son Forrester, Ford,
Taylor, Fayol y toda la historia que conduce incluso, hoy
en día, hasta Porter-, a fin de aprender acerca de redes
y complejas bien valdría la pena que supiera de an-
tropología, sociología, microhistoria, mucha psicología
y otros campos próximos y semejantes. No en última
instancia, la administración en el sentido más amplio e
(Maldonado, 2021).
Existen, alrededor del mundo, numerosas experien-
cias autogestionarias: en Francia tanto como en la In-
dia, en Japón y en Nueva York, y desde luego, en Mé-
xico, Brasil o Colombia, por ejemplo. (Véase: algunos
La Gestión Compleja: De la Jerarquía a las Redes Complejas y la Heterarquía
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