CC, Vol.2. N° 2: 25-36. https//doi.org/ 10.48168/cc022021-003  
Buenas prácticas en transición  
energética en América Latina.  
El planteamiento sistémico de  
un problema complejo  
Good Practices in Energy  
Transition in Latin America. The  
Systemic Approach to a Complex  
Problem  
Emilio Nudelman Cruz  
Programa Nacional Estratégico en Energía y Cambio Climático,  
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, México  
Recepción: 22/10/2021  
Aceptación: 30/11/2021  
Resumen  
La crisis ambiental es el mayor síntoma de la crisis civilizatoria de la modernidad capitalista. Como parte de  
dicha crisis ambiental, la cuestión energética juega un papel fundamental, pues esta atraviesa todas las activi-  
dades humanas. Resulta necesario comprender la transición energética como problema complejo, dado que son  
múltiples las variables que intervienen en este proceso, el cual no se reduce a la sustitución de combustibles ni a la  
aplicación de ecotecnologías, sino que se sustenta en aspectos relacionales entre individuos y colectivos, y de es-  
tos con los ecosistemas con los cuales coexisten. En tal sentido, es fundamental identificar las buenas prácticas en  
transición energética para aprender de ellas, y encontrar en lo cotidiano las acciones en pos del cuidado de la vida.  
Palabras clave: Transición energética; Crisis ambiental; Pensamiento complejo.  
Abstract  
multiple variables that intervene in this process, which  
is not reduced to the substitution of fuels and the ap-  
plication of eco-technologies but is based on relational  
aspects between individuals and groups, and of these  
The environmental crisis is the greatest symptom of  
the civilizational crisis of capitalist modernity. As part  
of this environmental crisis, the energy issue plays a with the ecosystems with which they coexist. It is es-  
fundamental role, since energy cuts through all hu-  
man activities. It is necessary to understand the en-  
ergy transition as a complex problem, since there are  
sential to identify good practices in energy transition to  
learn from them and find daily actions in pursuit of the  
care of life.  
Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
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Keywords: Energy Transition; Environmental Crisis; 2. Crisis civilizatoria, crisis ambiental y crisis  
Complex Thinking. energética  
1.  
Introducción  
El proyecto civilizatorio de la modernidad capitalista,  
hoy expresado en su forma neoliberal, está en crisis.  
En la actualidad, 81% de la energía en el planeta se Esta se comprende como una serie de consecuencias  
produce con combustibles fósiles (International Energy derivadas de un particular sistema de ordenamiento y  
Agency, 2020), para satisfacer necesidades relaciona- reproducción del mundo y de la vida, sustentado en el  
das con el transporte, la industria, la vivienda y la ali- dominio y sometimiento del otro: aumento de la pobre-  
mentación, principalmente. Ello ocurre en el contexto za extrema; hambre; profundización de la desigualdad  
de una crisis civilizatoria en el que 30 millones de lati- social; procesos neocoloniales aculturativos; subyu-  
noamericanos no pueden acceder siquiera a la energía gación de saberes e identidades; despojo sistemático  
eléctrica, de acuerdo con la Organización Latinoame- del patrimonio biocultural y erradicación de prácticas  
ricana de Energía (Combe, 2020), lo cual los ubica en agroecológicas tradicionales por la agricultura industrial  
una situación de pobreza energética, y, por tanto, de y los monocultivos; indefiniciones ideológicas; progre-  
violencia estructural.  
sismos políticos, económicos y culturales parciales; uso  
El fin de la era del petróleo es próximo, ya que se irracional y agotamiento de los componentes naturales;  
trata de un componente natural finito. Así, desde distin- contaminación del agua, la tierra y el aire; particula-  
tos intereses e ideologías se plantea la urgencia de una rismos culturales exacerbados; relativismos extremos;  
transición energética para sustituir los hidrocarburos atomización y enfrentamiento social; individualismos  
por otras fuentes de energía, en teoría menos contami- exagerados; angustia, desesperanza, incertidumbre;  
nantes y más democráticas. Sin embargo, la sustitución consumismo; extinción acelerada de especies vegetales  
de combustibles y tecnologías, aunque muy necesaria, y animales; devastación de servicios ecosistémicos y  
no garantiza por sí sola que sea justa y sustentable. aceleración del cambio climático (Nudelman, 2019).  
Ejemplo de ello: la transferencia vertical de conoci-  
Es la crisis ambiental el mayor síntoma con el cual  
mientos y tecnologías, o los parques solares y eólicos se expresa la crisis civilizatoria (Leff, 2020a); y, como  
erigidos a partir del despojo territorial, profundas afec- parte de dicha crisis ambiental, la crisis energética jue-  
taciones ecosistémicas (derivadas, por ejemplo, del ex- ga un papel principal. Luca Ferrari (2021) afirma que la  
tractivismo minero), y la explotación laboral de miles de producción de petróleo ha alcanzado su punto máximo,  
comunidades alrededor del mundo.  
al menos el de buena calidad y fácil extracción, y ha  
En tal sentido, la transición energética puede ser comenzado a disminuir, lo cual implica que cada vez  
entendida como parte de un proceso complejo: una será más caro extraerlo, se requerirá de mayor energía  
transición civilizatoria hacia sistemas socioecológicos para lograrlo y será de menor calidad, en un contexto  
integrales que permitan la reproducción ética de la vida en el que el consumo, orientado por los deseos de un  
(Nudelman, 2019). Como dice Sandra Rátiva (en Com- estilo particular de vida inspirado en los patrones cul-  
be, 2020), la energía es una excusa y un camino para turales capitalistas, aumenta. Tal situación, sin duda,  
esa transformación, y debe articularse con otros pro- exige un cambio profundo en la forma en que vivimos;  
cesos y fenómenos económicos, culturales, políticos y en específico, de aquel 1% que concentra 50% de la  
sociales para poder construir formas de vida digna. De riqueza mundial (Nudelman, 2019), y que contamina  
acuerdo con Marie Combe (2020), en América Latina mucho más que el resto de la población. Se trata de un  
existen más de 700 experiencias de transición energé- problema complejo, eminentemente sociocultural, que  
tica justa y sustentable, entre las que se encuentran no puede solucionarse de manera disciplinar:  
buenas prácticas de generación comunitaria de ener-  
gías renovables, de organización popular democrática,  
de participación social, autonomía y liberación comuni-  
taria. En este artículo se prestará atención a las prác-  
ticas identificadas en el caso cubano, por lo general no  
considerado como ejemplo de transición energética, y  
que resulta en un caso paradigmático de lo que está por  
venir: el fin de la era del petróleo. Asimismo, se men-  
cionan tres casos más ubicados en México y Guatemala,  
recuperados por Marie Combe en su documental “La  
energía de los pueblos” (2020).  
Combatir esta situación, luchar por disminuir o  
erradicar esta desigualdad, requiere de un enfo-  
que integral. No se trata, como plantean algunos,  
de reducir aisladamente los índices de fertilidad y  
las tasas de natalidad para detener o controlar el  
crecimiento demográfico. No se trata solamente  
tampoco, por ejemplo, de ejecutar políticas efec-  
tivas de conservación de recursos y protección  
del medio ambiente. Las soluciones no son sólo  
ni principalmente físicas, sino sociales. Se  
2
6
CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD  
trata de influir sobre la calidad de vida, no sólo  
El poscrecimiento apuesta por reducir la productivi-  
combatiendo las graves carencias en cada esfe- dad ahí donde sea necesario y posible; pero no redu-  
ra, sino actuando sobre el conjunto en función cirla en lo general, sino reorientarla en términos de una  
del desarrollo de nuestras sociedades, que no es vida ética, y de la suficiencia y la finitud de los compo-  
necesariamente sinónimo de crecimiento econó- nentes de la naturaleza. Desde el poscrecimiento, el de-  
mico. (Castro, 1983, p. 209)  
sarrollo no es entendido como crecimiento económico,  
y se afirma que el bien-estar puede ser alcanzado más  
El progreso y el crecimiento económico basado en allá del crecimiento económico, pero no sin él. Desde  
combustibles fósiles han permitido que los países ricos esta propuesta se busca la desmercantilización de la  
sean ricos, acompañado ello además de una división vida, la descentralización de las decisiones respecto al  
internacional del trabajo en el que los países pobres o desarrollo y la desmaterialización de la producción (Un-  
periféricos cumplen la función de asegurar las ma- ceta, 2015).  
terias primas, los commodities, mano de obra barata  
En cuanto a las diferencias entre decrecimiento y  
y poco cualificada, y escasa regulación ambiental para poscrecimiento, mientras que el primero parece una  
garantizar las formas de vida de los países centrales, propuesta centrada en una reducción a corto plazo del  
que hoy demandan que los pueblos pobres no crezcan consumo y la producción en los países ricos del norte, el  
ni se desarrollen haciendo uso de los componentes na- poscrecimiento intenta elaborar una idea con una apli-  
turales de los cuales disponen. El acceso a energía ba- cación más amplia, con ideas más generales y líneas  
rata, pues, ha permitido la industrialización de dichos de actuación que puedan ser adaptadas posteriormente  
países centrales y sus actuales formas de vida. Ante por los distintos Estados en función de sus necesidades  
este panorama, frente al crecimiento económico y el reales de producción y consumo, dejando de lado si eso  
papel del desarrollo y el progreso basados en combus- significa crecer o decrecer. (Bermejo, 2017, p. 41)  
tibles fósiles, se identifican las propuestas del decreci-  
miento y el poscrecimiento (Bermejo, 2017).  
Por estas razones, y teniendo presentes los contex-  
tos históricos y contemporáneos de América Latina y  
el Caribe, y si bien ambas propuestas no se excluyen  
El decrecimiento proviene de países centro, con al-  
tos grados de desarrollo obtenidos en el curso de la mutuamente, se identifica al poscrecimiento como una  
historia a partir de procesos coloniales de extracción propuesta con adecuación histórica, política y cultural  
de componentes naturales mediante la explotación de para hacer frente a la crisis ambiental desde una tran-  
la mano de obra extranjera, en la periferia. En un con- sición energética justa, mientras que el decrecimiento  
texto regional de alta producción industrial y alto con- propio de otros contextos y necesidades puede re-  
sumo, el decrecimiento propone reducir en lo general la sultar funcional para la rearticulación del proyecto civi-  
producción y el consumo: dejar de crecer. Pero no todos  
los pueblos del mundo están en las mismas condicio-  
lizatorio en crisis bajo el discurso de la sustentabilidad.  
El mayor reto para la transición energética en el  
nes que Europa o los Estados Unidos. Esta propuesta marco de la crisis ambiental, y como parte constitutiva  
pareciera válida para las economías más desarrolladas, de una necesaria transición civilizatoria, no descansa  
en países como Alemania o Dinamarca. Sin embargo, sobre las bases de la sustitución técnica y tecnológica,  
no todos los pueblos pueden decrecer; en todo caso, sino sobre la urgencia de establecer una ética colectiva  
el decrecimiento de las grandes economías “permitiría  
liberar los recursos necesarios para que las economías lítico y económico, con sustento en el diálogo entre esas  
en desarrollo pudiesen cubrir sus propias necesidades”  
distintas racionalidades e identidades; ello, al implicar  
Bermejo, 2017, p. 38). Sin embargo, eso no significa un proceso de cambio ético-cultural, involucra un pro-  
que se deban imitar los mismos patrones de desarrollo ceso pedagógico popular y emancipatorio. De acuerdo  
orientada a construir un nuevo orden sociocultural, po-  
(
de los centros de poder:  
con Irene Machuca (2017), la transición energética, le-  
jos de ser un problema científico o tecnológico, trata de  
un problema filosófico, político y económico referente a  
la autogestión colectiva de las necesidades y los medios  
D’alisa et al. (2015) están de acuerdo con esto y  
van más allá, considerando de vital importancia  
que las economías no desarrolladas no aprove- para su satisfacción.  
chen el decrecimiento occidental para seguir los  
pasos del mismo sino que lo utilicen para “libe- 3. La transición energética como problema com-  
rar un espacio conceptual” y que éstas puedan plejo  
establecer sus propios objetivos y metas hacia  
lo que consideren una “vida buena”. (Bermejo,  
017, p. 38)  
La cuestión energética supera los paradigmas  
técnico-científicos propios del logocentrismo moderno,  
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Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
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pues el modelo energético, el tipo de energía que se tecnologías: es fundamental abarcar el conjunto de re-  
produce, quién la produce, para qué, quién la consu- laciones y procesos que se desprenden de la cuestión  
me y con qué fin, responde a cuestiones relacionales energética. Entendida como medio y no como fin, la  
entre el ser humano y los ecosistemas con los cuales energía interviene en todos los procesos reproductivos  
coexiste, y está condicionado por un aspecto central: la del ser humano: organización sociopolítica y económi-  
cultura. Los recursos energéticos de los cuales dispone ca, alimentación, movilidad, vivienda, industria, comu-  
una sociedad se relacionan de manera intrínseca con nicación, salud, vestido, recreación. Si se plantea la  
sus cosmovisiones, costumbres, imaginarios, creencias, cuestión energética como problema complejo, se vuel-  
valores, “procesos territoriales, prácticas organizati- ve claro que no puede haber un cambio de paradigma  
vas, usos, significados” (Blanco-Wells, 2019, p. 161). energético, un cambio de modelo, si no hay un cam-  
De ahí que, como dice Mercedes Pardo, los problemas bio cultural; si no hay una transformación civilizatoria  
de la energía deban plantearse y resolverse “en térmi- orientada por una ética de la vida: un cambio en el  
nos de las interacciones de los factores tecnológicos, modelo económico, político y social:  
medioambientales, económicos y sociopolíticos” (2006,  
p. 16), ya que las partes que componen el todo se rela-  
cionan entre sí de manera interdependiente.  
Traducido a la acción, significa desarrollar me-  
didas concretas en diferentes ejes como la ali-  
mentación, la movilidad, los hogares, el ocio,  
o los bienes, prestando especial atención a las  
tierras cultivables, los tipos de cultivo, la distri-  
bución de bienes, la electricidad, la movilidad  
laboral, el trabajo, o las materias primas. [...]  
En el contexto actual, donde las cuestiones so-  
ciales y económicas no pueden desvincularse  
de las cuestiones energéticas en los ámbitos  
cercanos a la vida de las personas, es impres-  
cindible incluir en el diálogo social y político  
la lucha por la soberanía energética como al-  
ternativa al sistema energético globalizado, y  
reivindicar la soberanía de los pueblos para la  
transformación de los sectores energéticos en  
espacios sostenibles a través de la democracia  
real. (Machuca, 2017, p. 124)  
Son muchos factores y variables los que atraviesan  
la cuestión energética, por lo que los métodos de aná-  
lisis de sistemas complejos permiten una compresión  
integral del mismo (Acevedo et al., 2020). En tanto se  
trata de un proceso en el cual intervienen distintas dis-  
ciplinas para su comprensión e intervención, ya que el  
proceso mismo se compone a partir de la relación entre  
las partes que lo integran (variables sociales, históricas,  
culturales, políticas, económicas, geográficas, ambien-  
tales, físicas, químicas, tecnológicas), que se retroali-  
mentan entre sí, se afectan y condicionan unas a otras,  
la aproximación debe darse desde la transdisciplina, e  
idealmente desde la interdisciplina; ello debido a que se  
dispone, principalmente, como un sistema sociotécnico  
que no puede ser comprendido aislando el objeto de  
estudio del resto de procesos y fenómenos que lo afec-  
tan, y que finalmente inciden sobre la forma en que se  
expresa:  
Por su naturaleza, la cuestión energética es indiso-  
ciable de los problemas vinculados a la producción y  
Los efectos son resultado y, a la vez, producto- consumo de alimentos, a la gestión del agua, al sistema  
res de otros efectos, incluyendo aquellos que los de salud, a la economía política, a la lingüística, a la an-  
produjeron. Los sujetos que interactúan en el tropología, a la sociología, a la geografía, a la historia, a  
proceso en estudio se encuentran influenciados la filosofía y a la psicología; por tanto, transitar hacia un  
entre sí, las decisiones económicas, políticas e modelo energético distinto debe plantearse de manera  
institucionales, resultan en efectos sobre las di- sistémica, teniendo presente las relaciones que se tejen  
mensiones ecológica y social, que a su vez pro- en torno a la cuestión.  
ducen efectos sobre las mismas dimensiones que  
Actualmente hay un fuerte dominio técnico-mate-  
incidieron sobre estos. Las decisiones políticas y mático por parte de las ingenierías y las ciencias físi-  
económicas pueden generar cambios en los pa- cas y biológicas. Mercedes Pardo (2006) asegura que el  
trones de consumo energético, que resultarán en asunto de la energía es, antes que nada, un hecho so-  
efectos que inciden sobre las futuras decisiones cial, por lo cual se debe profundizar sobre la compren-  
en estas dimensiones y sus resultados. (Acevedo sión del mismo desde las ciencias sociales. Se cuenta  
et al., 2020, p. 80)  
con herramientas para la comprensión de este hecho,  
como son la sociología ambiental, la ecología política, la  
No es posible comprender la complejidad de la cues- sociología de la energía, como formas de comprender  
tión energética si solamente nos enfocamos en uno de la relación compleja energía-sociedad-medio ambiente.  
sus aspectos, como la sustitución de combustibles y  
El planteamiento y tratamiento de la transición ener-  
2
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CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD  
gética como problema complejo, y por tanto la transi- aspecto central. Para ello se sugiere buscar ejemplos  
ción a la sustentabilidad de la vida, no es posible sin histórica y socioculturalmente apropiados.  
los aportes de las ciencias sociales. Es necesario “no  
jerarquizar los saberes, darle su lugar a las ciencias so- 4. Un caso emblemático: Cuba  
ciales, no subsumirlas dentro de una superioridad de las  
ciencias físico-matemáticas, incluso biológicas” (Leff,  
Tras la caída de la Unión Soviética, y con ello la pér-  
2
020b). La comprensión de la cuestión ambiental, de la dida de la mayor cooperación internacional en Cuba,  
cual forma parte la cuestión energética:  
comenzó en la isla lo que se conoció como “Periodo es-  
pecial”: una caída en picada de la economía nacional  
[...] no puede ser esquivada diciendo que ese que representó el decrecimiento del producto bruto in-  
es problema de los científicos del clima, o de los terno (PBI) en 34%, y la pérdida del 80% de sus mer-  
ecólogos, o de los economistas. Hoy en día es la cados de exportación e importación, en el que resaltó la  
ciencia social la que debería tener la capacidad disminución de las importaciones de petróleo en más de  
de responder. Porque incluso la economía ecoló- 60% (Morgan, 2006). Debido a esta situación tuvieron  
gica tiene sus límites para transformar a fondo que parar las fábricas, la industria y el transporte, en un  
los modos de producción y hacerlos más acor- contexto de constantes apagones eléctricos y escasez  
des con la sustentabilidad de la biosfera. Somos general de productos necesarios para la reproducción  
los sociólogos, psicólogos sociales, antropólogos, social.  
los filósofos, quienes entramos a desentrañar la  
En la década de 1980, Cuba contaba con 90 000  
cuestión ambiental, cómo se ha anidado en los tractores soviéticos, fábricas de pesticidas y fertilizan-  
seres humanos una voluntad de poder y de do- tes químicos, y todo se detuvo de manera abrupta en  
minio que son los que rigen los imaginarios, las 1990, de una semana a la otra. La reducción del 80%  
racionalidades, y que han generado todo el apa- en las importaciones de comida se reflejó en una pro-  
rataje científico, tecnológico, económico, es decir, funda escasez que se volvió evidente en la malnutrición  
los dispositivos de poder con los cuales el ser hu- de menores de cinco años, mujeres embarazadas con  
mano interviene en la naturaleza. (Leff, 2020b, anemia y recién nacidos con bajo peso. Para 1994, el  
s. p.)  
cubano promedio había perdido 9,4 kg de peso (Mor-  
gan, 2006). Sin petróleo para producir energía eléctri-  
Más allá de la ciencia y la tecnología, es oportuno ca los refrigeradores se apagaron, y la conservación de  
revalorizar los imaginarios y prácticas de los actores la poca comida disponible se complicó. Lo mismo su-  
sociales orientados por el cuidado de la vida en territo- cedió con los aires acondicionados y los ventiladores,  
rios concretos, aprender de ellos de manera colectiva, los elevadores, las bombas distribuidoras de agua, el  
“porque es a través de esos modos otros de compren- transporte, las fábricas y las industrias, pues si no había  
sión, de esos imaginarios, que se está interviniendo la energía eléctrica no podían funcionar, y muchas veces  
dinámica propia de la vida; los equilibrios ecológicos del aunque funcionaran no había (ni hay) materias primas  
planeta” (Leff, 2020b, s. p.), y ese es el campo de la o piezas de repuesto para dar el mantenimiento nece-  
sociología y la antropología, transdisciplinarias por su sario a los medios de producción.  
propia naturaleza.  
Aunada a la situación derivada de la caída de la Unión  
Con el fin de abordar la transición energética desde Soviética, los Estados Unidos fortalecieron el bloqueo  
la complejidad, las ciencias sociales permiten compren- económico y comercial hacia la isla. Así, redujeron aún  
der las causas históricas de la crisis ambiental; las ma- más las posibilidades de que adquieran bienes de otras  
neras en que las sociedades se reapropian de la natura- partes del mundo, necesarios para la reproducción de  
leza y construyen sus mundos de vida en la actualidad; la vida humana, al prohibir el comercio con Cuba; al  
los conflictos entre distintos tipos de racionalidades, de cerrar el acceso a fuentes financieras, como el Banco  
imaginarios, de sentidos de vida, de intereses; las rela- Mundial o el Fondo Monetario Internacional; al impedir  
ciones entre individuos y colectivos, y de estos con su que empresas extranjeras presentes en la isla puedan  
entorno. Estas ciencias acompañan los movimientos so- participar de la economía estadounidense. El dinero cu-  
cioambientales y dan consistencia a los conceptos que bano perdió su valor frente al dólar hasta 150 veces  
explican los hechos sociales, para que estos adquieran (Morgan, 2006), y dejó de servir como valor de cambio  
sentido, y se pueda diseñar democráticamente, con la para adquirir bienes y servicios.  
participación de todos los actores involucrados, una es-  
trategia para la recuperación y el despliegue de la vida de alguna forma, y se ha mantenido a flote mediante un  
Leff, 2020a), en la que la transición energética es un sistema complejo de soluciones prácticas que son poco  
Cuba vivió un pico artificial del petróleo, por decirlo  
(
Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
29  
reconocidas en el campo de la transición energética, y cesidades energéticas, alimenticias y sociales, los siste-  
que resulta necesario atender en tanto es el modelo de mas de permacultura abrieron la oportunidad a nuevas  
lo que, en teoría, sucederá en el resto del mundo más actividades económicas y a nuevas formas de pensar  
temprano que tarde. Sin duda este pico afectó todos los la economía. Se procesa materia prima para su trans-  
aspectos de la vida de los cubanos, y al no poder ingre- formación y comercialización, se abren las puertas al  
sar nada desde el extranjero debido al bloqueo econó- intercambio de valores de uso y se aprovechan todos  
mico y comercial que se mantiene hasta nuestros días los componentes del sistema, sus residuos y subpro-  
como estrategia para derrocar al gobierno cubano, todo ductos, volviéndolo un sistema cerrado, neguentrópico,  
se tuvo que resolver con lo que había adentro.  
Quizás sea el aspecto alimentario el que vivió mayo-  
que conserva la energía de manera efectiva y eficiente.  
De esta forma, cada barrio produce los alimentos  
res transformaciones, en específico la agricultura. Has- que consume: 50% de las frutas y verduras que se con-  
ta su pico de petróleo, Cuba sostenía su agricultura con sumen en La Habana, por ejemplo, eran producidas por  
fertilizantes basados en gas natural, pesticidas derivados medio de la agroecología urbana, y en otras poblacio-  
del petróleo y diésel para hacer funcionar la maquinaria. nes ese porcentaje subía a 80% y hasta 100% (Mor-  
Con el apoyo de la Unión Soviética llegó a tener la agri- gan, 2006). Ello demuestra que la transición energética  
cultura más industrializada de América Latina, y usaba  
el doble de fertilizantes que los Estados Unidos (Morgan, la necesidad de fertilizantes procedentes de los com-  
006); sin embargo, nunca fue suficiente para alimentar bustibles fósiles, lo que deriva en parcelas más peque-  
va de la mano de la soberanía alimentaria, eliminando  
2
al pueblo porque estaba orientada a las grandes planta- ñas, suelos más sanos, y en la necesidad de que más  
ciones para la exportación de cítricos, azúcar de caña, personas se vinculen a los procesos de reproducción  
ron y tabaco, al tiempo que importaba alimentos básicos social. Romper con el paradigma de la gran producción  
como arroz y aceite. El sistema de agricultura, propio de agrícola sustentada en hidrocarburos derivó en la ne-  
la revolución verde, se quedó sin energía.  
cesidad de tener que repartir más tierras, en la recon-  
La gente se vio obligada a organizarse para cultivar  
versión y rehabilitación de las mismas, respetando los  
alimentos donde fuera posible, lo cual fue muy impor- ciclos reproductivos de la propia tierra, lo cual resulta  
tante en las ciudades, recuperando terrenos baldíos, en un proceso en el que la energía es conservada y  
por ejemplo, y sin tener mayores conocimientos de aprovechada al máximo para satisfacer las necesidades  
agricultura. La isla se volcó a adaptar la mayor parte de manera eficiente, porque así se reducen los consu-  
de la tierra cultivable a la agricultura ecológica, a la mos de combustibles fósiles al tiempo que el esfuerzo  
creación de huertos urbanos comunitarios, tanto en te- para producir alimentos es menor.  
rrenos baldíos como en los techos de las casas y de los  
Con la falta de diésel para el funcionamiento de la  
edificios. Recibió el apoyo de expertos en permacultura gran maquinaria agrícola, el suelo dejó de comprimirse  
para perfeccionar esta práctica improvisada, alentada debido al paso de tractores y cosechadoras. Se rein-  
por la necesidad y la voluntad, y se facultaron formado- trodujeron entonces animales de trabajo, lo cual mo-  
res con el fin de extender las buenas prácticas por toda dificó la relación de los trabajadores con los medios de  
la isla a partir del diseño de talleres y cursos, buscando producción y mejoró la relación del ser humano con la  
solucionar con ello el problema energético, alimenta- naturaleza. Los animales produjeron el abono necesa-  
rio y de vivienda (conservación y cocción de alimentos, rio para dar forma al humus o composta en lugar de  
energía eléctrica, confort térmico, abastecimiento de usar fertilizantes químicos; ayudaron en el ahorro de  
agua), a partir de relaciones comunitarias, promovien- combustibles; sus pezuñas removieron y oxigenaron el  
do el autocuidado y el cuidado del otro. Como dice la suelo; se volvieron compañeros de trabajo, dándole un  
permaculturista Patricia Allison (en Morgan, 2006), no lugar distinto al otro no-humano, mejorando las capa-  
se trató de un asunto tecnológico, sino de una cuestión cidades de empatía y colocando al ser humano en una  
relacional entre individuos y colectivos.  
posición distinta en la naturaleza. La reintroducción de  
Las prácticas permaculturales se fueron extendien- animales en sustitución de los tractores también abrió  
do por toda Cuba como pruebas piloto. Los vecinos, al nuevas oportunidades de facultamiento comunitario,  
observar que un sistema de permacultura funcionaba, pues quienes sabían entrenar animales de trabajo fue-  
replicaban la estrategia adecuando la permacultura a ron contratados para capacitar a más gente, con el fin  
sus necesidades y características, sin importar las di- de que, a su vez, se volvieran capacitadores de más  
mensiones del sistema. En la isla se le conoce a esta personas (Morgan, 2006). Se volvió fundamental para  
práctica como permacultura criolla, ya que se trata de la reconstitución de los suelos y la agricultura orgánica  
algo muy propio que parte de los mismos intereses y la rotación de cultivos, así como los cultivos intercala-  
preocupaciones de la gente. Además de satisfacer ne- dos y el uso de abonos naturales mediante la recupera-  
3
0
CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD  
ción de desperdicios orgánicos. Tierras cultivables más  
Con transporte limitado, el sistema educativo cuba-  
pequeñas y con amplia variedad de especies redujeron no tuvo retos importantes. Las universidades tomaron  
de manera natural la diseminación de plagas, ya que la decisión de descentralizarse para garantizar el acceso  
se aprendió a atraer a la fauna nociva hacia las orillas a la educación a las personas que viven alejadas de los  
de las parcelas y se desarrollaron varios biopesticidas centros de estudio y que no pueden desplazarse, y por  
(Nudelman, 2019). ello se crearon los Centros Municipales Universitarios  
Frente a la crisis energética, se trabajó a nivel co- (Nudelman, 2019). Aun frente a la crisis energética,  
munitario a partir de las necesidades, intereses, prio- Cuba no cer ni una sola escuela u hospital. Al contra-  
ridades y capacidades locales. En tal sentido, se or- rio: hubo más escuelas y hospitales: 57 doctores por  
ganizaron pequeñas cooperativas agrícolas con altos cada mil habitantes en Cuba, frente a los 28 por cada  
grados de autonomía: 40% de las granjas del Estado mil en los Estados Unidos (Morgan, 2006). Para enfren-  
fueron distribuidas entre cooperativistas particulares. tar la falta de combustible, se organizó el sistema de  
Con los Decreto-Ley 259 y 300, se repartieron tierras salud de forma tal que los médicos y enfermeras tra-  
en usufructo con la condición de que se dedicaran a la bajaran en los mismos lugares de los cuales procedían,  
producción de alimentos para satisfacer los mercados fortaleciendo con ello la estructura social comunitaria  
internos. Estas prácticas de transición energética han y la disminución de los desplazamientos. En los peores  
favorecido procesos de desurbanización y recampesi- años del periodo especial, Cuba mantuvo la expectativa  
nización, beneficiando el surgimiento de mercados lo- de vida y el índice de mortalidad en menores de cinco  
cales en pos de la soberanía alimentaria y la economía años casi a la par que los Estados Unidos: 77 años en  
solidaria, ya que muchos de los alimentos producidos Cuba, y 77,4 años en los Estados Unidos, y la mortan-  
en estos espacios son regalados a guarderías, escue- dad infantil, 6,3 (muertes por cada mil habitantes) en  
las, centros de trabajo, y otros productos pueden ser Cuba, y 6,5 en los Estados Unidos. La gran diferencia  
adquiridos a precios por debajo de los estatales. Ello no fue que Cuba logró estos resultados consumiendo 1/8  
es una obligación, sino que son prácticas que surgen de de la energía derrochada por los Estados Unidos (Mor-  
manera libre entre las personas, fortaleciendo con ello gan, 2006).  
las relaciones de reciprocidad necesarias para el pensa-  
Al comienzo del periodo especial, 95% de la po-  
miento y la acción comunitaria (Nudelman, 2019).  
blación contaba con energía eléctrica en sus hogares;  
Aunado al problema de la alimentación está el de la el otro 5% vivía en áreas remotas. Es sabido que la  
movilidad. Sin combustible para el transporte, la gente energía fotovoltaica y eólica es cara para satisfacer las  
esperaba hasta cuatro horas por un camión para llegar necesidades energéticas de todo un país, pero a peque-  
a su centro de trabajo. Desde la voluntad política, la ña escala ha sido útil sobre todo en las áreas remotas,  
gente aprendió a movilizarse de otra forma: el gobierno dándosele prioridad a escuelas y centros de salud. Asi-  
importó 1,2 millones de bicicletas chinas y produjo me- mismo, la población ha aprendido a calentar el agua  
dio millón más, las cuales fueron distribuidas a lo largo con la energía solar para reducir el consumo energético  
de toda la isla. La crisis energética y la necesidad de en la cocción de los alimentos (un ahorro del 50% en el  
transición mejoró la salud de los cubanos, pues tuvie- consumo de combustibles fósiles) y en el calentamiento  
ron que caminar más, usar la bicicleta y comer mejor de agua para bañarse. También se recurrió a la com-  
(
mayor cantidad de verduras y frutas, y menor cantidad bustión de biomasa para la producción de energía eléc-  
de grasas), reduciendo los índices de diabetes y enfer- trica, sobre todo recuperando los desperdicios de los in-  
medades cardiacas (Morgan, 2006).  
genios azucareros; de esta forma, los propios ingenios  
La falta de combustible obligó a Cuba a pensar en se convirtieron en plantas generadoras de electricidad,  
un sistema de transporte masivo, e innovó con los “ca- satisfaciendo al menos 30% de las necesidades energé-  
mellos”: un remolque jalado por un semitractor, el cual ticas de todo el país con la quema del bagazo de caña,  
era capaz de transportar hasta 300 personas a la vez. abonando a la soberanía energética (Morgan, 2006).  
La solidaridad se volvió norma, y fue muy popular el  
pedir botella”. Hoy en día, los vehículos oficiales tienen plicó un cambio en la mente de las personas, un cam-  
Enfrentar el pico artificial de petróleo en Cuba im-  
la obligación de detenerse si ven a alguien en el camino bio sociocultural asociado a una necesidad vital. Ello  
y que necesita llegar a algún lugar. Se les conoce como fue posible por las características previas a la crisis: se  
amarillos” a las personas que se encuentran en los ca- trataba de una sociedad insular, solidaria, educada y  
minos y carreteras para organizar a la gente que busca saludable, la cual llevaba ya 30 años de camino andado  
un auto-stop. Asimismo, en ciudades como Bayamo, se en su transición civilizatoria. Hasta hace dos años, Cuba  
sustituyeron los vehículos de motor por caballos y ca- era el único país en el mundo reconocido por tener un  
rretas (Nudelman, 2019).  
sistema socioeconómico sustentable, de acuerdo con  
Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
31  
el Foro Mundial para la Naturaleza (Nudelman, 2019). zación y abastecimiento del mercado interno es saluda-  
Quizás cabría explorar las formas en que la ecología y ble (Nudelman, 2019).  
el socialismo se encuentran, como formas que hacen  
El Centro Loyola, de Santiago de Cuba, es una orga-  
permisible la vida en el planeta. El ecofeminismo y el nización jesuita dedicada a la reflexión social y ecumé-  
ecosocialismo podrían arrojar algunas luces al respecto. nica, a la formación de trabajadores y a la protección del  
Como es posible ver hasta ahora, la práctica más medio ambiente a partir de la educación popular. Entre  
exitosa promovida en los ámbitos rural y urbano, des- otras actividades, trabaja en conjunto con la población  
de el periodo especial, para buscar soluciones al abas- campesina en la construcción y el intercambio solidario  
tecimiento energético-alimenticio, es la permacultura. de conocimientos individuales y colectivos con un in-  
Cada vez más fincas, parcelas y hogares en el campo terés común: trabajar en función del deterioro ético y  
y la ciudad la han adoptado como forma de diseñar y cultural producto de la crisis civilizatoria, caracterizada  
vivir con base en una agricultura permanente, en la que por la crisis ambiental que se acompaña de cambios en  
cada elemento del territorio se relaciona con los demás los modos de producción y consumo. Así, una de las  
cumpliendo varias funciones, y en la que se trata de apuestas del Centro Loyola es fomentar una forma de  
utilizar cada espacio disponible. La práctica de la per- vida más frugal respecto al consumo humano frente a  
macultura cada vez está más extendida en Cuba; su su medio. Ello solo es posible aprendiendo de las bue-  
intencionalidad es cubrir las necesidades energéticas, nas prácticas, o estilos de vida y de relación con lo otro  
alimenticias, espirituales, de vivienda y agua a partir basados en el respeto, la empatía, la armonía con la  
de relaciones cooperativas con la naturaleza y entre las naturaleza, con los valores de uso, con el intercambio;  
personas. La permacultura en Cuba parte de una visión prácticas corresponsables, con sentido de pertenencia  
sistémica, pues todos los elementos que componen el respecto al todo. Uno de los trabajos más relevantes de  
sistema de permacultura en una finca, una parcela o un esta organización es la creación de la Red de Saberes  
departamento están integrados; cada elemento cumple Populares, un proyecto parte del Programa InCuba del  
varias funciones, y cada función se sustenta en varios mismo Centro, y cuyos frutos se reflejan en documen-  
elementos que se articulan entre sí.  
tos en los cuales campesinos de varias generaciones  
Se trata de una forma de vida, de un enfoque y una y regiones de Santiago de Cuba describen y explican  
actitud frente a la gestión de las necesidades humanas. diversos saberes con la finalidad de intercambiar cono-  
Sus satisfactores aseguran que esta práctica está ba- cimientos entre distintas poblaciones para mejorar la  
sada en la acumulación de saberes de las sociedades calidad de vida de las familias (Nudelman, 2019).  
preindustriales, y también de los saberes y avances tec-  
Por otro lado, el Centro Oriental de Ecosistemas y  
nológicos de sociedades capitalistas y socialistas (Mor- Biodiversidad (Bioeco) de Santiago de Cuba, creado  
gan, 2006; Nudelman, 2019). Los permacultores viven como respuesta a los acuerdos de la Cumbre de la Tie-  
centrados en conservar al máximo la energía, por lo rra celebrada en Río de Janeiro en 1992, es un centro  
cual todo lo reciclan, a todo le encuentran un uso; bus- interdisciplinario dependiente del Ministerio de Ciencia,  
can la máxima eficiencia de cada componente del siste- Tecnología y Medioambiente, especializado en la con-  
ma. Ello va muy bien con la cultura cubana en general, servación y mejoramiento de los ecosistemas y la bio-  
ya que el cubano no bota nada a la basura; todo tiene diversidad de Cuba, y el desarrollo humano sostenible.  
un segundo o tercer uso. O cuarto. Inventa, resuelve, Bioeco define las buenas prácticas como aquellas prác-  
recicla, rehúsa, repara con lo que hay a la mano; por ticas que consideran al ser humano como una parte más  
eso, mientras más haya al alcance, mayores las posi- de la naturaleza. Por ello, desde hace 15 años fomenta  
bilidades de inventar una solución. A eso se le llama el fortalecimiento de una red de educadores ambienta-  
bricoleur, desde la antropología (Nudelman, 2019).  
les por vías no formales para facultar a la población y  
Como ejemplos de estas prácticas, solo hace falta a las instituciones, capacitando maestros de escuelas,  
observar las parcelas, fincas y organopónicos autosufi- logrando que los alumnos salgan del aula, conozcan su  
cientes en varios aspectos: producen tierra, fertilizan- entorno y entiendan que cuando se agrede al ambiente  
te orgánico, crían animales, manejan los desechos con se agrede a la vida misma (Nudelman, 2019).  
técnicas eficientes para producir biogás y biofertilizan-  
Este centro parte del principio de que las comunida-  
tes, cosechan alimentos con regadío automático, cap- des humanas son un componente más de la biodiversi-  
tan y potabilizan el agua de lluvia, y la calientan con dad, y su praxis se construye a partir del reconocimien-  
energía solar, en un complejo armónico que, a partir del to de los saberes, usos y costumbres de los pobladores  
trabajo de todos los miembros del hogar, les garantiza al interior de las reservas ecológicas, del intercambio  
energía, alimento sano y un ambiente limpio, fresco y de conocimientos y de la participación activa y directa  
bello, donde la producción de autoconsumo, comerciali- de los involucrados en torno al manejo sostenible de los  
3
2
CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD  
componentes del medio. Se ocupa de la formación de  
organizaciones de base para permitir un mayor prota-  
gonismo a la participación comunitaria, prácticas enca-  
minadas a la toma horizontal de decisiones, a la des-  
centralización y al desarrollo autónomo a escala local.  
Afirma la necesidad de cambiar hábitos de deseo, de  
producción, de distribución, de valoración y consumo,  
lo cual implica un cambio cultural asociado a procesos  
pedagógicos comunitarios. En tal sentido, las metodolo-  
gías participativas de la educación popular han favore-  
cido el intercambio de conocimientos y el diálogo entre  
especialistas y pobladores, afianzando de esta forma  
relaciones horizontales en las cuales todos participan al  
momento de tomar las decisiones.  
cooperativa de materiales para la construcción que  
tiene programas propios de vivienda y métodos al-  
ternativos de edificación, como la captación de agua  
pluvial; una cooperativa de medicina tradicional (To-  
sepan Pajti), y una cooperativa que ofrece servicios  
ecoturísticos (Tosepan Kali). Los miembros de la  
Tosepan, variados cultural y profesionalmente (hay  
nahuas, totonacas y mestizos; campesinas, amas de  
casa, estudiantes, maestros, obreras, carpinteros),  
han sorteado la incertidumbre y la desesperanza  
característicos de la crisis actual, y han logrado ir  
más allá de sus expectativas, pues cuentan además  
con un sistema propio de educación en sus lenguas  
maternas y con una caja solidaria de crédito y aho-  
rro (Tosepan Tomin), cuyos excedentes son gasta-  
dos de acuerdo con las decisiones colectivas en las  
asambleas (Nudelman, 2019).  
5.  
Otros casos en América Latina  
5
.1. México  
Cuetzalan, en la Sierra Norte de Puebla, es un te-  
rritorio caracterizado por el tipo de relaciones empá-  
ticas, solidarias, cooperativas y recíprocas; además  
de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske  
existen la Organización Masehualsiuamej Mosenyol-  
chihuanij, la Cooperativa Tonaltzin, y el Comité de  
Ordenamiento Territorial Integral de Cuetzalan (CO-  
TIC) (Combe, 2020). A partir de la reforma ener-  
gética de 2013, megaproyectos de minerías, frac-  
king e hidroeléctricas amenazaban el territorio de  
Cuetzalan, por lo cual las comunidades comenzaron  
a organizarse en asambleas para detener el avance  
de dichos proyectos, informando a la gente sobre  
las consecuencias de los mismos. En 2016 lograron  
clausurar simbólicamente la obra de una subesta-  
ción eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad  
(CFE) en Cuetzalan. Como resultado, las CFE deman-  
dó a varios líderes de la resistencia por obstrucción  
de obra pública, fueron detenidos y encarcelados, y  
las comunidades tomaron la decisión de organizarse  
para conseguir la soberanía energética (apropiación  
de los flujos energéticos desde lo local, en comuni-  
dad, independiente de la red nacional) a través de la  
Asamblea de Pueblos Totonacos, Nahuas y Mestizos  
de la Sierra Norte de Puebla, y los proyectos de To-  
sepan Kaltaixpetaniloyan (centro de formación), un  
sistema autónomo de paneles solares, dos sistemas  
interconectados, dos sistemas autónomos pilotos  
con paneles solares, el hotel de turismo sustentable  
Talselotsin, la cooperativa de ahorro Tosepan Tomin,  
el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural, el  
Plan de aprovechamiento de energía para un consu-  
mo responsable y reparaciones a la red eléctrica, y  
En el documental “La energía de los pueblos”, de  
La Sandía Digital y la Fundación Rosa Luxemburgo  
Combe, 2020), se presentan otros tres casos de  
(
buenas prácticas en América Latina que valen la  
pena ser mencionados en este espacio.  
El caso de la Unión de Cooperativas Tosepan Ti-  
tataniske (“unidos venceremos, traducido del ná-  
huatl), en Cuetzalan, Puebla, es otro ejemplo de  
buenas prácticas en transición energética. A lo largo  
de 40 años han logrado conformase como una unión  
de cooperativas de producción, consumo y de servi-  
cios, organizada en torno a un modelo democrático  
participativo que adquiere sentido en cada asamblea  
general mensual. Convencidos de que trabajar uni-  
dos y organizados es la clave de la buena vida (o  
yeknemilis, en lengua náhuatl), tienen claro que es  
una situación crítica, de explotación y despojo, lo  
que les genera la necesidad de producir, distribuir  
y consumir según sus propios términos y necesida-  
des colectivas. Para el yeknemilis, los cooperativis-  
tas buscan vivir de manera sana, frugal, ética, lo  
cual implica una relación respetuosa con el otro; ello  
ha significado modificar el ordenamiento territorial  
de su municipio para detener el avance de la agro-  
química, las hidroeléctricas y las minas (Nudelman,  
2019).  
Con el fin de lograr su cometido, parten del tra-  
bajo productivo voluntario, cooperativo y recíproco,  
llamado faenas, y mediante la agricultura ecológi-  
ca producen alimentos desde la lógica del comer-  
cio justo, a bajos precios entre los asociados, en un  
complejo cooperativo en el que existe el trueque.  
También cuentan con una cooperativa de produc-  
ción agroecológica y de miel de abeja melipona; una  
unidades domésticas pilotos (Combe, 2020).  
En la comunidad de Xocoyolo, en Cuetzalan, y de  
acuerdo con Sofía Pacheco, de la Cooperativa Oner-  
Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
33  
gia (Combe, 2020), se parte de la idea de que son  
las propias comunidades las que tienen que decidir  
cómo producir la energía eléctrica y cómo consu-  
mirla, y participar directamente en la construcción  
de las tecnologías necesarias para ello, como la ins-  
talación y mantenimiento de sistemas comunitarios  
fotovoltaicos, y ello parte de la educación, de los  
procesos formativos y facultativos horizontales. De  
esta forma, y con el apoyo de organizaciones como  
Onergia, se han logrado establecer diversas coope-  
rativas energéticas, totonacas y nahuas.  
Por otro lado, la Organización Popular Francisco  
Villa de Izquierda Independiente (OPFVII), que nació  
en la Ciudad de México en 1988 ante la necesidad de  
vivienda digna, hoy plantea la autonomía total del  
Estado. Entienden a la energía como un medio para  
mejorar sus viviendas y construir hábitats dignos  
para las personas, lo cual implica, de acuerdo con  
Sandra Rativa (Combe, 2020), relacionar la energía  
con el agua, con la producción de alimentos y la cons-  
trucción de comunidad y organización popular. En la  
comunidad de Acapatzingo, Iztapalapa, por ejemplo,  
han logrado vincular los aspectos necesarios para la  
reproducción de una buena vida en un sentido in-  
tegral, construyendo una planta potabilizadora de  
agua que funciona con paneles solares instalados en  
los techos de los edificios y con el trabajo colectivo  
de “los panchos”, como se les conoce a los miembros  
de esta organización, para el mantenimiento del sis-  
tema, lo cual asegura la apropiación y sostenibilidad  
del proyecto, mediante procesos reflexivos, educati-  
vos y facultativos comunitarios (Combe, 2020).  
a la producción y consumo comunitario de energía  
eléctrica, ya que entienden la problemática energé-  
tico-civilizatoria en un sentido integral. Por tanto,  
también se organizan para llevar a cabo procesos  
facultativos, como talleres de carpintería, panadería,  
costura; además de actividades vinculadas directa-  
mente con el consumo energético y con la cons-  
trucción de formas dignas de vida. En asambleas  
acuerdan las cuotas para cubrir los costos de la pro-  
ducción, el consumo y el mantenimiento eléctrico,  
y han decidió que quien consume más, paga más,  
y la manera en que han logrado conseguir desarro-  
llar estos proyectos es a partir de la asociación libre  
entre comunidades y el trabajo cooperativo para la  
satisfacción de necesidades y la protección del am-  
biente.  
El éxito de los proyectos mencionados es posible  
no solo con el trabajo colaborativo, comunitario, sino  
gracias al diálogo de saberes entablado entre los ac-  
tores involucrados en los mismos proyectos: espa-  
cios de intercambio de experiencias y de reflexión  
sobre los procesos propios y ajenos. La transición  
energética, en tanto parte de la transición civilizato-  
ria hacia proyectos que permitan la reproducción de  
la vida, se constituye en torno a la defensa del te-  
rritorio, de la soberanía, la independencia y la vida,  
desde una postura anticapitalista, descentralizada y  
local. Compartir los saberes, y aprender a hacerlo  
para las distintas generaciones, con el objetivo de  
conservar y enriquecer la memoria histórica y co-  
lectiva que da sentido a las acciones cotidianas de  
transformación, se relaciona íntimamente con los  
procesos de educación popular. En tal sentido, para  
transitar en esa dirección debemos buscar respues-  
tas quizás no en los libros ni en la tecnología, sino en  
los regímenes ontológicos orientados por el cuidado  
de la vida: aquellas prácticas cotidianas de las co-  
munidades y los pueblos cuya ética se orienta hacia  
la regeneración, el cuidado, el otro (Leff, 2020a).  
5
.2. Guatemala  
En Zona Reina, Guatemala, en específico en la  
comunidad Unión 31 de Mayo, cuyo origen se en-  
cuentra en la Comunidades de Población en Resis-  
tencia (CPR), derivadas de la represión sufrida por  
las poblaciones mayas entre 1960 y 1996, existe la  
Cooperativa Luz de los Héroes y Mártires en Resis- 6. Conclusiones: buenas prácticas en transición  
tencia. Alejada de los servicios básicos ofrecidos por energética  
el Estado, Unión 31 de Mayo vive aislada y sin ac-  
ceso a la energía eléctrica (Combe, 2020). Sus for-  
Una transición energética justa y sustentable será  
mas de organización y toma de decisiones en torno posible solo si se plantea la cuestión como problema  
a asambleas comunitarias les ha permitido organi- complejo, y en tanto el objetivo sea la recuperación in-  
zarse para satisfacer aquellas necesidades sin contar tegral de los hábitats a partir del cuestionamiento sobre  
con el Estado. Un ejemplo de ello es la microcentral la relación de los seres humanos con los ecosistemas  
hidroeléctrica de la comunidad, en la cual desvían con los cuales coexiste. De esta forma, se abordaría la  
el 10% de un río para hacer funcionar la planta, do- cuestión energética desde una estrategia de integración  
tar de energía eléctrica a la comunidad, devolviendo multidimensional y sistémica.  
posteriormente el agua a su cauce natural.  
En tal sentido, sería posible decir que las buenas  
Sin embargo, las buenas prácticas no se reducen prácticas en transición energética:  
3
4
CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD  
1.  
Tienen claridad política e ideológica, ya que parten  
del principio de que la transición energética no es  
axiológicamente neutra. Son corresponsables, se  
construyen desde el sentido de pertenencia respecto  
al todo. Refieren a estilos de vida y de relación con  
lo otro basados en el respeto, la empatía, la armonía  
con la naturaleza. Reconocen que la transición ener-  
gética es indisociable de la defensa del territorio y a  
soberanía alimentaria y la economía solidaria. Se re-  
lacionan con los nuevos ordenamientos territoriales  
en las ciudades, desde una planificación consciente  
del espacio para disminuir desplazamientos, mejorar  
el transporte masivo, lugar de trabajo, vivienda y  
recreación. De esta manera, las buenas prácticas en  
transición energética refieren también al uso de la  
bicicleta.  
la vida, al igual que la necesidad de establecer una 5. Por último, las buenas prácticas se construyen de  
ética colectiva orientada a construir un nuevo orden  
sociocultural, político y económico, sustentado en el  
diálogo entre las distintas racionalidades e identida-  
des; ello, al implicar un proceso de cambio ético-cul-  
tural, involucra un proceso pedagógico popular y  
emancipatorio. Entonces, las buenas prácticas en  
transición energética reconocen que esta cuestión,  
lejos de ser un problema científico o tecnológico, tra-  
ta de un problema filosófico, político y económico re-  
ferente a la autogestión colectiva de las necesidades  
y los medios para su satisfacción.  
manera colectiva a partir del intercambio de sabe-  
res y entre la diferencia; ello permite, entonces,  
robustecer lazos comunitarios en pos de un interés  
común, fortaleciendo relaciones solidarias, coopera-  
tivas, y en armonía con la naturaleza. Las metodo-  
logías participativas, como la investigación-acción,  
el aprendizaje basado en experiencias o las comu-  
nidades de aprendizaje posibilitan el despliegue de  
buenas prácticas en transición energética.  
Referencias bibliográficas  
2.  
Perciben que la transición energética refiere a un  
proceso en el cual intervienen distintas disciplinas Acevedo, R., Vásquez, C. y Torres, E. (2020). Princi-  
para su comprensión e intervención, pues entien-  
den que el proceso mismo se conforma a partir de  
la relación entre las partes que lo componen, y por  
lo cual plantean que la aproximación a la cuestión  
pios del pensamiento complejo en la formulación  
de políticas energéticas sustentables. Suma de Ne-  
gocios, 11 (24), 73-83. https://doi.org/10.14349/  
sumneg/2020.V11.N24.A8.  
energética debe darse desde la transdisciplina, e Bermejo, D. (2017). Crecimiento, decrecimiento y post-  
idealmente desde la interdisciplina.  
. Reconocen que actualmente hay un fuerte dominio  
crecimiento: Crítica al crecimiento. Euskadi: Euskal  
Herriko Uniberstitatea.  
3
técnico-matemático por parte de las ingenierías y las Blanco-Wells, G. (2019). La vida social de la energía:  
ciencias físicas y biológicas en el planteamiento y  
tratamiento de la transición energética, y dan su de-  
bido lugar a las ciencias sociales. No dejan de lado la  
apuntes para el estudio territorializado de las transi-  
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https://doi.org/10.1590/15174522-0215106.  
complejidad de las relaciones entre energía, socie- Castro, F. (1983). La crisis económica y social del mun-  
dad y medio ambiente, las necesidades relacionadas  
con la infraestructura, los marcos institucionales y  
legales en los cuales se desenvuelve, los contextos  
do, ponencia en la VII Cumbre de los Países No  
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Consejo del Estado.  
históricos, las particularidades culturales, las formas Combe, M. (dir.). (2020). La energía de los pueblos  
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nómica, y la geopolítica.  
[Documental]. La Sandía Digital, Oficina Regional en  
México de la Fundación Rosa Luxemburgo.  
4. Son aliadas de la permacultura. No son característi- Ferrari, L. (2021, 18 de julio). Vivir, todos, dentro de los  
cas de los grandes proyectos sino de aquellos que se  
desenvuelven a escala comunitaria, a partir de las  
necesidades, intereses, prioridades y capacidades  
locales. Este esfuerzo implica que cada comunidad,  
límitesplanetarios. La Jornada Ecológica. Recuperado  
de https://ecologica.jornada.com.mx/2021/07/18/  
vivir-todos-dentro-de-los-limites-planetarios-7925.  
html.  
a partir de sus identidades, sus potencialidades y International Energy Agency. (2020). Key World Energy  
particularidades culturales, alcance una calidad de  
vida digna y plena para cada uno de sus habitan-  
Statistics 2020. París: OECD Publishing. https://doi.  
org/10.1787/295f00f5-en.  
tes. En tal sentido, la organización de cooperativas Leff, E. (2020a). El conflicto de la vida. Ciudad de Méxi-  
resulta un rasgo de buenas prácticas en transición  
co: Siglo XXI Editores.  
energética. Asimismo, están asociadas a procesos Leff, E. (2020b, 10 de noviembre). Las Ciencias So-  
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estos fortalecen los mercados locales en pos de la  
ciales en la transición hacia la sustentabilidad de  
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Revista de la Unidad de Investigación de la Facultad de Economía de la UNSA  
35  
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3
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