CC, 2021. Vol. 2, N° 1: 7-10. https://doi.org/10.48168/cc012021-001  
Incertidumbre,inestabilidady  
complejidad  
Marcelo Manucci  
Recepción: 14/05/2021  
Aceptación:15/06/21  
1. Introducción  
Los primeros años de este siglo han sido uno de los momentos históricos más pa-  
radojales que el mundo haya vivido en las últimas décadas con un vasto paisaje  
de procesos contradictorios, movimientos impredecibles y situaciones inéditas que  
irrumpieron más allá de las previsiones y los pronósticos, inclusive antes de la pande-  
mia de la COVID-19. La última debacle financiera mundial del 2008 no solo ha dejado  
las heridas de una estructura económica deliberadamente idealizada, sino también y  
más profundamente, las fisuras de un modelo de realidad basado en certezas ideo-  
lógicamente forzadas y técnicamente aventuradas. El colapso financiero del final de  
la primera década del siglo (que arrasó con ideales económicos, mitos financieros,  
gobiernos, historias y fantasías de crecimiento) no fue más que un síntoma de una  
forma imperante de ver y actuar en el mundo. Quizá uno de los síntomas más escan-  
dalosos por su dimensión ética y política, pero no fue el único. El final de las certezas  
al cual asistimos en estos últimos años no es más que el final de una cosmovisión  
imperante y hegemónica de ordenar e intervenir en la realidad. La pintura idílica de  
un mundo ordenado y previsible se ha trasformado en una dinámica desbocada de  
consecuencias inciertas que se agravaron con la pandemia de la COVID-19.  
Probablemente estamos viviendo la misma incertidumbre de aquel hombre medieval  
que miraba absorto su mundo cotidiano que había dejado de ser una prolija trama  
de explicaciones aristotélicas y religiosas para transformarse en un conjunto de in-  
cógnitas filosóficas, desafíos tecnológicos y amenazas espirituales. Desde aquellos  
hombres posmedievales, hemos vivido períodos de desarrollo y grandes avances y  
beneficios tecnológicos. Pero también ha sido muy alto el costo de esta dinámica de  
intervención en los procesos sociales y económicos. Los paradigmas que han man-  
tenido un ordenamiento post medieval por cuatrocientos años están mostrando sus  
fisuras representadas por metodologías, creencias, visiones, actitudes y perspectivas  
que marcan el desconcierto de nuestros días. Frente a esta cosmovisión aparece un  
mundo distinto con una dinámica que nos parece caótica porque recién estamos jun-  
tando las piezas dispersas de una perspectiva desactualizada.  
Revista de la Unidad de Investigación de  
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la Facultad de Economía de la UNSA  
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.
Metáforas del desconcierto  
conceptos que conforman la cosmovisión y la meto-  
dología de las organizaciones de hoy son el legado del  
desconcierto de estos hombres a lo largo de la historia.  
El espacio de intervención de las organizaciones se  
presenta complejo por naturaleza, inestable e incierto.  
La mundialización de los intercambios y la competen- 3. Los límites de nuestra realidad  
cia, la puesta en redes mundiales de la información,  
la redefinición de las grandes ideologías estructuran- En el nivel individual, las hormigas despliegan un amplio  
tes, la aceleración de los fenómenos migratorios y el  
debilitamiento de numerosos referentes, entre otros  
repertoriode capacidades cognitivas y computacionales.  
Cada hormiga es capaz de percibir una gran cantidad  
fenómenos, han hecho crecer en muy poco tiempo el de entradas sensoriales, modular su comportamiento  
grado de complejidad y de incertidumbre de nuestras  
sociedades.  
El abordaje de la dinámica de la realidad se realiza  
de acuerdo con múltiples estímulos y tomar decisiones  
con base en grandes cantidades de información. Se co-  
noce, por ejemplo, que las hormigas pueden distinguir  
siempre a través de un modelo de esa realidad. Las entre cientos de químicos distintos (Gordon, 2016a).  
estrategias de intervención surgen de ese modelo corpo- Con su diminuto cerebro, que pesa alrededor de 0.1  
rativo de realidad. Por lo tanto, si el modelo de realidad  
funciona, las intervenciones son operativas, la organi-  
miligramos (Ronacher, 2008), las hormigas aprenden,  
planean para el futuro, enseñan, toman decisiones so-  
zación puede interactuar fluidamente en su entorno. fisticadas y emplean herramientas (Dornhaus & Franks,  
Cuando el modelo no funciona aparece el desconcierto.  
2008). El uso de herramientas, particularmente, se ha  
Cuando las construcciones no alcanzan para aprehender detectado en el transporte de líquidos y en la cons-  
a la realidad aparece la impotencia y la amenaza. La trucción de nidos. La figura 1 (arriba) muestra a una  
garantía de credibilidad los modelos se diluyen en los hormiga tejedora australiana adulta (Oecophylla) sos-  
acontecimientos que nos rodean.  
teniendo una larva entre sus mandíbulas y golpeándola  
suavemente con sus antenas como indicación para que  
comience a secretar seda de sus glándulas salivares  
(National Geographic, 2011). La seda es empleada para  
unir las hojas que formarán parte del nido (abajo).  
Todo modelo de abordaje de la realidad siempre tiene  
determinadas garantías implícitas o explícitas (metodo-  
lógicas, científicas, filosóficas, técnicas) que respaldan  
los postulados y los principios de utilización. Para salir  
del desconcierto, no solo es necesario redefinir el mo-  
delo sino también es necesario confiar en las garantías  
de ese modelo. Al abordar la realidad, siempre estamos  
saltando de construcciones en construcciones, de mo-  
delos en modelos, por eso de la misma manera como  
llegamos al desconcierto podemos salir, con un nuevo  
modelo, con nuevas construcciones, con las mismas o  
diferentes garantías.  
Werner Heinsenberg, el físico que definió matemática-  
mente a la incertidumbre, solía decir que “en cada acto  
de observación se pierde más información de la que se  
obtiene”. Mirar la realidad implica un intricado laberinto  
donde los fenómenos se entrecruzan con ideas, expe-  
riencias, expectativas, emociones y actitudes. Desde  
este abigarrado tapiz se define un espacio de acción  
en el presente y se proyecta un horizonte de resulta-  
dos en el futuro. Resulta interesante pensar, antes de  
actuar, ¿hacia dónde estamos mirando?, para reflexio-  
El desconcierto pareciera ser la herencia de la segunda  
mitad del siglo pasado a nuestros días. Pero la presencia nar acerca de la posición desde donde se ordenan los  
del desconcierto es mucho más profunda. La historia del  
desconcierto es la historia del hombre creando modelos  
de abordaje, con diferentes garantías, para tratar de en-  
tender e intervenir sobre su entorno. Las ciencias han  
tenido muchos momentos de desconcierto, luego de los  
cuales surgían nuevas miradas y modelos de realidad.  
Las metáforas del desconcierto son las metáforas de los  
hombres saltando de construcción en construcción, de  
formulaciones en formulaciones, de garantías en garan-  
tías. A pesar de los siglos y las culturas Galileo, Newton,  
Einsten, Heisenberg, Schroedinger, Prigogine y otros  
hombres de ciencia hasta la actualidad tienen muchos  
fragmentos de realidad que luego se traducen en estra-  
tegia, acciones y resultados en las organizaciones.  
Mirar está relacionado directamente con la percepción  
del mundo. En definitiva, al mirar la realidad la estamos  
construyendo. En el mismo acto miramos, relaciona-  
mos y construimos sentido. Por ello, más información  
no implica mayor claridad. La información recolectada  
no es aséptica; todo depende de la red de significados  
desde donde se mira la realidad. Mirar es construir, mi-  
rar es interpretar. Mirar en la incertidumbre es como  
mirarse en un espejo fragmentado, nunca tenemos la  
aspectos en común, todos se enfrentaron al desconcier- imagen completa de la realidad. No hay una certeza  
to de sus propios modelos teóricos al tratar de entender objetiva en la configuración de la realidad.  
determinados fenómenos de la realidad. Muchos de los  
El físico John Archibald Wheeler planteaba la idea que que define un territorio de acción. La incertidumbre  
el universo es un acto de observación”. El universo es está en nuestra propia mirada sobre una dinámica  
participativo porque sin nuestra intervención no tiene compleja imposible de enlazar y controlar con paradig-  
sentido hablar de realidad. Nuestro papel como obser-  
vadores es hacer emerger una definición de la realidad.  
mas y metodologías.  
Por lo tanto, la realidad es lo que las personas perciben 4. Desafiar a las certezas  
como tal. En la misma línea de pensamiento, Danah  
Zohar plantea que lo que sucede en la realidad depende  
de cómo la vemos, esto implica que nuestra mera inter-  
ferencia en la naturaleza, la transforma. Este postulado  
resalta el papel esencial de la observación, del diálogo  
entre diversos factores de la realidad y el observador  
Más allá de lo que hoy se puede ver como paisaje ac-  
tual de desarrollo existen posibilidades que quedan  
ahogadas si manejamos nuestras intervenciones desde  
la certeza. Trascender las certezas implica desafiar los  
límites de la mirada respecto del entorno, diseñar alter-  
en la formación de realidad. Abner Shimony sostiene nativas de acción y crear realidades compartidas que  
que la realidad es una trama de posibilidades que en- posibiliten el crecimiento de las personas comprometi-  
cuentran su expresión material en un punto de decisión  
o suceso, donde diferentes posibilidades se actualizan y  
generan un nuevo estado. Cuando se alcanza ese esta-  
do, la realidad se torna tan objetiva como la estudiada  
das con los destinos de la organización. Trascender los  
límites de nuestro horizonte es un desafío a las creen-  
cias, los modelos mentales y los hábitos con los que  
definimos nuestras propias posibilidades y territorios de  
por las ciencias clásicas. Ilya Prigogine resume en la desarrollo.  
siguiente frase un nuevo rol del observador en la defini-  
ción de nuestra vida cotidiana: “Sea lo que fuere lo que  
En este sentido, la distinción entre complejidad e in-  
llamamos realidad, sólo se nos revela a través de una certidumbre marca una diferencia entre la dinámica de  
construcción activa de la cual participamos.”  
la realidad que es la complejidad del contexto en el  
que vive la organización) y la realidad subjetiva que  
El universo de interrelaciones conlleva una enorme es una construcción, lo que la una persona, grupo u  
cuota de riesgo. Lo que sucede generalmente es que se organización percibe e interpreta y define como rea-  
busca controlar el riesgo desde un paradigma de sim- lidad. La dinámica de la realidad implica un conjunto  
plicidad. Muchas de las soluciones de gestión basadas  
exclusivamente en los resultados tienen esta lógica: la  
búsqueda de las causas iniciales para sofocarlas. Esta  
visión simplista de las relaciones y los comportamien-  
tos generalmente conlleva a acciones estereotipadas y  
mutiladas que encierran a la organización en una cáp-  
sula tan cómoda como vulnerable.  
de variables que en su interacción generan situaciones  
emergentes que trascienden los límites de la mirada  
subjetiva. La dinámica compleja de esta trama es difícil  
de someter a un control absoluto a lo largo del tiempo.  
La realidad subjetiva es la construcción (individual o  
compartida) dentro de la cual vivimos y define un te-  
rritorio de acción, el margen de movimientos. En este  
marco, la incertidumbre es inherente a cualquier pro-  
yecto porque, como toda construcción, tiene los límites  
Considerar la incertidumbre como espacio de interven-  
ción tiene un carácter metodológico. Permite diferenciar de un modelo.  
la complejidad del entorno como una propiedad de los  
Pensar la realidad como construcción cambia la con-  
sistemas sociales, de la percepción de los espacios cepción del espacio y amplía las posibilidades de  
en los cuales concretamente la organización realiza intervención. Trabajando sobre las percepciones que  
intervenciones. La interacción cotidiana genera incerti- enmarcan la construcción subjetiva de la realidad, se  
dumbre. Las intervenciones que la organización define  
redefinen aspectos de esa figura subjetiva, al cambiar  
en su medioambiente interactúan con otras variables la percepción subjetiva de la realidad se modifica la  
y surgen nuevos sucesos. Algunos de esos eventos se  
pueden prever, en función de experiencias pasadas,  
pero otros tantos quedan fuera de un horizonte pre-  
dictivo.  
gestión de las acciones sobre el entorno.  
Las personas somos constructores de sentido, creamos  
nuestro propio mapa de navegación sobre un mundo  
fragmentado y dinámico. Nuestro modelo de realidad  
es la realidad que vivimos. Moldeando las percepciones  
La dinámica compleja del contexto es diferente del  
espacio de intervención que define una persona (in- se pueden crear nuevas realidades. Las percepciones  
dividual o colectivamente). El territorio que definimos fragmentadas y el modelo global de realidad inte-  
como realidad” es un espacio recortado por la mirada;  
ractúan inseparablemente. El modelo se nutre de los  
fragmentos y al mismo tiempo brinda una unidad que  
por lo tanto, es limitado. Por lo tanto, lo que denomina-  
mos “la realidad” y que compartimos colectivamente, da sentido y coherencia a las percepciones cotidianas.  
es un espacio enmarcado por un horizonte predictivo  
Cuando cambia el modelo de la realidad, cambia el sen-  
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la Facultad de Economía de la UNSA  
tido de muchos fenómenos cotidianos y se redefinen palabras claves o ideas totalizadoras. Así, cuando se  
las percepciones y las intervenciones. Al mismo tiempo,  
los resultados de las intervenciones influyen en las per-  
piensa en una realidad compleja, el sinónimo clásico es  
confusión, falta de claridad. En la concepción cotidiana,  
cepciones y en el modelo que da sentido a la realidad es complejo aquello que no puede retrotraerse a una  
corporativa.  
ley o no se puede reducir a una idea simple.  
Acceder a la complejidad a través de la creación de mo-  
delos es la metodología que el hombre ha utilizado a lo  
largo de su vida para interpretar, comprender y prever  
los movimientos del entorno. En este sentido, uno de los  
factores esenciales que aparecen ligados a los modelos  
son los resultados. Cuando a través de la utilización  
de determinados modelos se obtienen resultados es-  
perados estos modelos pasan a formar parte del hábito  
cotidiano. Estos modos de percibir, interpretar y prever  
se naturalizan. De esta manera, la complejidad encuen-  
tra un orden momentáneo.  
Las personas, tanto en lo individual como grupal or-  
ganizamos la visión del mundo desde determinados  
modelos, como principios rectores, que facilitan las  
intervenciones en la realidad. Avanzar en este terri-  
torio de límites difusos y comportamientos inciertos,  
implica la necesidad de un pensamiento complejo. Un  
pensamiento multidimensional, que pueda enfrentar el  
entramado de las relaciones, el azar y la paradoja de lo  
uno y múltiple.  
Bibliografía  
Nuestra estructura humana necesita de cierta estabili-  
dad en su entorno para poder moverse. Así, cuando un  
modelo alcanza los resultados deseados aparece una  
ilusión de equilibrio que permite transitar y mantenerse  
en la dinámica de la realidad. Cuando nuestros mo-  
delos sucumben a la dinámica de realidad aparece el  
desconcierto.  
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Muchas veces asociamos la incertidumbre con el des-  
conciertoyla cargamos de impotencia. La incertidumbre  
es el límite de la predicción de nuestros modelos. El  
desconcierto es el límite de la operatividad cuando la  
realidad supera lo que nuestros modelos, nuestros pa-  
radigmas, nuestras metodologías pueden integrar.  
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6. Conclusión  
Reconocer que la incertidumbre está en nuestra propia  
mirada de la complejidad abre a un universo de posi-  
bilidades, simplemente porque más allá de lo que hoy  
estamos viendo hay un mapa de alternativas por ex-  
plorar. La potencialidad de la incertidumbre, surge con  
el cambio de escala de análisis de la realidad. Cuan-  
do nuestra mirada se abre a un universo diferente de  
problemáticas, de las certezas a las probabilidades; del  
mecanismo cerrado a los sistemas dinámicos. Desde  
una concepción mecanicista, la incertidumbre aparece  
como un espacio amenazante, imposible de reducir con  
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